Un dorsal para Londres
José Manuel Roás Triviño y su hijo Pablo son un ejemplo de vida y de superación, de modo que ojalá en Londres tengan la suerte de contar con ellos
Siento admiración absoluta por todo el que corre un maratón, haga mejor o peor marca. Incluso por los que no logran terminarlo. Por supuesto es digno de elogio lo que hizo hace una semana Lagat en el de Sevilla, batiendo el récord que él mismo tenía . También lo que hicieron Carles Castillejo, Jesús España, Paula González y Estela Navascués con sus respectivos papeles en el Campeonato de España y las mínimas olímpicas conseguidas. Pero para mí los dos grandes protagonistas llegaron varias horas después que ellos. Si de por sí correr un maratón tiene mérito , hacerlo empujando el carro de un hijo que tenga la enfermedad de West , más.
Por eso José Manuel Roás Triviño y su hijo Pablo merecen páginas y páginas en los periódicos. José Manuel no mira el reloj ni busca mejorar su tiempo. Sólo corre para hacer feliz a su hijo , que no para de sonreír y de gritar de alegría durante los más de 42 kilómetros de los que está compuesta la prueba. Se la prepara, claro que sí, pero ni mucho menos deja de hacer otras cosas que hacen sonreír a Pablo. Y por eso tuve la suerte de coincidir con ambos en un bautizo el día antes del maratón de Sevilla . Había que descansar porque la distancia a recorrer en estas pruebas son palabras mayores, pero tocaba estar con la familia. Y más, si la sonrisa de Pablo no se iba de su cara mientras veía a sus familiares bailar y cantar.
El objetivo de José Manuel y de toda su familia está claro: hacerle la vida a Pablo lo más feliz posible . Y por eso hay que ayudarles a que consigan un nuevo reto que se han propuesto. Realizar el maratón de Sevilla ya ha sido una realidad y también un orgullo por poder correr delante de todos sus conocidos y amigos, pero ahora toca ir a Londres. La cita inglesa es una de las más prestigiosas del panorama internacional , además de que tiene un carácter solidario bastante marcado. Por eso no hay mejores participantes posibles que José Manuel y Pablo, padre e hijo , para que ambos den una nueva demostración. Los dos, cada uno a su manera, son un ejemplo de vida y de superación, de modo que ojalá en Londres tengan la suerte de contar con ellos. Si ocurre así, de nuevo la marca quedará en un segundo plano. Nadie se fijará en el cronómetro a su llegada a meta. Todos mirarán la sonrisa de Pablo y las lágrimas de emoción de su padre.