Un cambio radical en la vida del CEAR de Sevilla, pendiente de reformas
Los hangares y el pantalán, disponibles; la residencia, cerrada, se modernizará
Después de casi dos meses cerrado, únicamente con los servicios mínimos de limpieza y mantenimiento activados que permitían las restricciones del estado de alarma, el Centro Especializado de Alto Rendimiento de Remo y Piragüismo de la Cartuja (CEAR) reabrió sus puertas con el inicio de la fase 1 de la desescalada, ya preparado con todos los protocolos de seguridad necesarios a raíz de la pandemia del coronavirus. Todo va a ser distinto. Ya lo es, en realidad, como explica su director, Rafael Barón . «La vida en la instalación ha cambiado radicalmente. Antes, cualquier persona podía venir a entrenarse a cualquier hora del día y ahora el primer cambio es que ha de hacerlo previa reserva para que esté el tiempo necesario para la realización de su actividad», señala el responsable del CEAR, advirtiendo que los usuarios se encontrarán con «algunos espacios cerrados de momento» , hasta que no se pase a la fase 2, «y con limitaciones en cuanto a la aglomeración de personas». Por ahora, en concreto, con el gimnasio «de uso restringido», solamente si lo necesitan entrenadores de alto rendimiento para «alguna actividad muy específica», el CEAR tiene abiertos los hangares y pantalanes, ya que se puede entrenar y practicar deporte en la lámina del río, la cual «está disponible a cualquier hora para los deportistas de alto nivel, pero los federados han de acogerse a las franjas horarias de uso de la fase cero para las actividades deportivas», precisa Barón al respecto.
Han cambiado las normas de uso en las instalaciones deportivas y a ello no es ajeno el CEAR, que estaba en ebullición, en plena temporada alta, cuando estalló la crisis. «Entre nacionales y extranjeros había unas 230 personas batiéndose el cobre en busca de una plaza para los Juegos . Su miedo entonces era quedarse enclaustrados aquí, que no pudieran regresar a sus países. En tres días, gente que tenía previsto quedarse hasta casi el verano, hicieron las maletas y se marcharon», cuenta Barón, calificando esos días como «titánicos, una locura» para los deportistas y la instalación. «Teníamos las neveras llenas, preparadas hasta el final de verano, y la empresa que gestiona la residencia entregó el material a Cáritas al cerrarse para que no se desecharan los alimentos», recuerda.
La residencia , pulmón del CEAR en tanto que lugar elegido por muchísimos deportistas procedentes de todos los rincones de Europa, está cerrada. «En el momento del cierre, el 14 de marzo, estábamos al cien por cien de ocupación. Se cerró y no se ha vuelto a abrir», confirma Barón, ya que se someterá a «una remodelación que cambiará la fisonomía, la imagen, la forma de trabajar y su uso». En definitiva, se trata de ponerla al día . «Si el edificio lo pusiéramos boca abajo, todo lo que cayera se cambiará: mobiliario, camas... además de un sistema moderno de restauración y una redecoración del espacio interna y externa, con nuevo arbolado», describe Barón, subrayando que «se le cambiará radicalmente la cara para situarla al nivel que debe estar». La reforma estaba prevista antes de la crisis sanitaria y el plan sigue en marcha, sólo que obviamente se retrasará, aunque se espera que después del verano pueda abrir las puertas.
Sin extranjeros
Con el estado de alarma aún activado, sin extranjeros ni deportistas de otras provincias, la actividad es aún mínima en el CEAR, listo para esta nueva etapa. «Se ha desinfectado expresamente siguiendo las indicaciones de las autoridades sanitarias y, una vez abierto, hemos puesto todas las medidas de seguridad», indica su responsable. Ese protocolo se complementa con los de cada federación deportiva: «Aquí en Sevilla hay tres instalaciones de la Junta que yo dirijo: el CEAR, la Cartuja (golf, pádel, atletismo...) y tiro olímpico (en Camas). Todas las federaciones que ejercen su actividad en esas instalaciones nos han mandado sus protocolos. En atletismo, por ejemplo, establecemos cómo se emplea el recinto de la Cartuja, pero consensuamos con la Federación (de atletismo) el uso de colchonetas, fosos...», detalla Barón.
Con el calendario de 2020 prácticamente anulado en remo y piragüismo y las fronteras cerradas, es difícil predecir cuándo el CEAR recuperará esa intensa vitalidad que lo ha caracterizado, aunque con los aplazados Juegos de Tokio en el horizonte, debería ser a principios de 2021. «Nuestra curva iba in crescendo desde septiembre hasta enero y febrero, cuando conseguíamos la máxima capacidad aprovechando que los ríos y lagos de Europa están helados. La lámina de agua del Guadalquivir es la mejor del mundo, y no es algo que diga yo, sino los deportistas y entrenadores extranjeros. Es decir, si quieres hacer tiempo en unos Juegos, tienes que pasar por Sevilla», resalta Barón. Así fue antes del Covid-19 y así seguirá siendo. Sevilla y el CEAR como referencias en remo y piragüismo.