El Atlético Antoniano, un club enraizado a Lebrija y su cantera
El rival copero del Real Betis comparte historia, ciudad y categoría con su eterno rival: la UB Lebrijana
![El Antoniano recibió, de forma oficial, la copa de campeón de División de honor la campaña pasada](https://s2.abcstatics.com/media/deportes/2019/12/18/s/Recepcion-oficial-Antoniano-12-kgSE--1248x698@abc.jpg)
La brisa trae rumores que dicen que el dios Baco fundó Lebrija . Otros murmullos más terrenales afirman que por allí pasaron fenicios, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos. Que todos ellos tuvieron su asentamiento en aquella tierra azul, dorada y marismeña, en la que siempre predominó la agricultura como gran forma de subsistencia a través de los siglos. Hoy, el imperio legado que domina esta zona comarcal situada en las Marismas del Guadalquivir, viste con camiseta y calzonas blancas, unas medias rojas, y usa botas con tacos para medirse a sus rivales en un estadio de fútbol de césped artificial cada dos domingos: se le conoce como Atlético Antoniano, un club de 55 años de vida que ahora tiene la dicha de escribir un nuevo capítulo de su historia por mor del fútbol. O de Dioniso.
El equipo nebricense, que se medirá al Real Betis en la primera eliminatoria de la Copa del Rey, tiene divididos los corazones del municipio sevillano de Lebrija, que tiene censados, según el INE, un total de 27.432 personas en 2018. Y al igual que en muchas casas de Sevilla, que miran a Nervión o a Heliópolis según el color de la sangre heredada, en Lebrija, en plena Epifanía, los niños reciben las dos camisetas de las dos grandes pasiones de la ciudad: la del Atlético Antoniano y la de la Unión Balompédica Lebrijana, dos clubes inseparables e imprescindibles para entender una ciudad que comparten, cada temporada, más cosas de las que a veces les gusta admitir. Ambos forman parte de la liga de bronce en la que compiten por conseguir el ascenso a Segunda división B, y además aciertan a repartirse el tiempo de entrenamiento de un vientre común que es el Estadio Municipal de Lebrija, el estadio de todos los lebrijanos, porque allí todos juegan de local.
En la temporada 1988-1989 de Tercera división, la provincia de Sevilla fuer testigo de cómo el Antoniano y la Lebrijana decidieron olvidar sus diferencias, por motivos socioeconómicos, para fundar el Club Deportivo Lebrija. Así lo recuerda uno de los presidentes de esa alianza, José Manuel González , actual vicepresidente de la FSF y vocal de la RFAF: «Estuve como secretario y directivo del Antoniano, y fui presidente cuando se produjo esa fusión, que duró hasta la temporada 1994-1995», cuenta a ABC de Sevilla entre una pila de palabras cargadas de pura nostalgia: «Llevo muchos años fuera del club por mi trabajo”, prosigue en su relato, «pero sigo siendo socio y aficionado; me gusta ver cualquier equipo del Antoniano». A González se le escapa una risa ilusionante rememorando cómo se crio en el seno del equipo lebrijano: «He estado desde los trece años hasta que me vine a Sevilla a trabajar, es el club de mi corazón».
El Calzados Moreno, cuna de la escuela antoniana
Francisco José Cordero «Rubio» (Lebrija, 1979), entrenador del Antoniano, cae en los brazos de la nostalgia para contar un trofeo que es santo y seña de la ciudad: «El Calzados Moreno servía para que el Antoniano escogiera a los futbolistas y los federase como benjamines. Se hacían equipos con nombres de jugadores de Primera división y participaban todos los niños de Lebrija», subraya el técnico.
Las buenas lenguas -que no gramáticas- de la provincia afirman que Antonio Calvo (Lebrija, 1960), que fue presidente del Antoniano durante 12 años, es una de las personas que más conoce la entidad y la historia de una cantera que es el gran baluarte del equipo nebricense: «Siempre que ha habido un acontecimiento importante ha habido canteranos, por eso nos fijamos mucho en la metodología del Athletic de Bilbao. El club está donde los canteranos digan que tiene que estar», reconoce Calvo, que participó en el primer equipo infantil de la escuadra lebrijana: «En esa época lo que hacía era limpiar las botas, les daba con grasa de caballo a los balones y pintaba las líneas del campo, tendría 14 años. Desde entonces no me he separado», apunta el ahora secretario.
Los que han vivido el derbi de Lebrija dicen que es otra cosa. Que en juego hay «mucho más que tres puntos». Así lo explica Cordero «Rubio» , actual entrenador del Antoniano: «Aquí la gente es de la Balona o del Antoniano, que suele tener más gente joven por la cantera; y el Municipal de Lebrija se comparte, uno entrena martes y jueves y el otro miércoles y viernes», dice el formador, henchido de orgullo por los 20 equipos registrados en la RFAF como federados del Atlético Antoniano. José Manuel González remata el tema con su discurso: «En mi época, la rivalidad era más fuerte, donde iba uno del Antoniano iba el resto. Ahora hay muchas familias mezcladas, creo que para bien. Hay respeto entre las dos aficiones. Las dos directivas se llevan de forma cordial» asevera sobre el duelo más especial de Lebrija.
Noticias relacionadas