SUPERCOPA DE ESPAÑA

De gruñón favorito a ruptura total: el desamor entre Ancelotti y Gattuso

La Supercopa reúne en Riad una relación fraternal que hoy está finiquitada. Madrid y Valencia abren fuego en la Supercopa con Carletto y Genaro, otrora padre e hijo en el Milán, distanciados por completo

Ancelotti y Gattuso
Rubén Cañizares

Rubén Cañizares

Enviado especial a Riad

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En 1999, tras un año de mili en el Glasgow Rangers y otro en la Salernitana, un joven tosco y malhumorado, pero con excedente de pulmones y garra, se vestía de 'rossoneri'. A sus 21 años, el Milan fichaba a Gennaro Gattuso, un futbolista que alcanzaría su clímax en el club lombardo de la mano de Carlo Ancelotti. Hoy, en Riad, maestro (63) y discípulo (45) se juegan el primer pase a la final de la Supercopa de España, pero lo que fue durante muchos años una relación de padre a hijo, de amor y admiración incondicional, es ahora ceniza: «Hemos ganado dos Champions en el Milan y hemos vivido momentos muy bonitos que recordaré eternamente, pero no siempre la relación sigue siendo buena. Hemos tenido problemas personales, pero no quiero hablar de ellos», comentó ayer Ancelotti, muy serio, a pregunta de este periódico.

La relación se torció en diciembre de 2019, cuando Ancelotti fue despedido del Nápoles por ponerse del lado de sus jugadores en un motín contra el presidente, Aurelio de Laurentis. Los resultados no eran buenos y el presidente tomó medidas contra la plantilla que tuvieron como consecuencia respuestas radicales de los jugadores, con el apoyo de Ancelotti. Eso no gustó a De Laurentis, que acabó echando y trayendo en su lugar a Gattuso, hasta entonces íntimo de Carletto. Esa 'traición', unida a feas críticas de Genaro por lo que él consideró entonces un mal trabajo de Ancelotti en el Nápoles y a esos problemas personales que no quiso detallar ayer en la sala de prensa, enfadaron tanto a Carletto que rompió vínculos de manera total. De hecho, había serias dudas de que se fueran a saludar antes del inicio de la semifinal de esta noche. «Hemos tenido pequeños problemas», admitió ayer Gattuso en su turno de palabra antes de zanjar el enigma: «Tengo que saludarle yo porque es más grande que yo y no puedo faltarle al respeto».

Uña y carne

Ancelotti llegó al banquillo 'rossonero' en noviembre de 2001 y de allí no se movió hasta el verano de 2009. Fue la última gran época del Milan en la que Ancelotti y Gattuso levantaron dos Champions (2003 y 2007), un Scudetto, una Copa y una Supercopa de Italia, dos Supercopas de Europa y un Mundial de Clubes. 11 títulos en un Milan de ensueño, que en esa década tuvo en sus filas a estrellas mundiales como Maldini, Nesta, Costacurta, Pirlo, Inzaghi, Kaká, Schevchenko y Rui Costa. Y, junto a todos ellos, Gennaro Gattuso, un futbolista en las antípodas de todos los mencionados anteriormente: «Sobre el césped fuiste mi guerrero. Ni una sola vez te he visto rendirte, ni una sola vez te he visto con la camiseta limpia. Siempre lo he admirado de ti: la capacidad de conseguir la meta a pesar de que la naturaleza no te haya dotado de grandes dotes técnicas. Porque, ¿por qué no decirlo?, tus pies no fueron propios del máximo nivel», dijo Ancelotti de Gattuso en 2017, el día que Rino, como cariñosamente era conocido, cumplía 40 años.

Eran otros tiempos, claro. Los piropos iban y venían recíprocamente: «En un equipo siempre hay alguien que está durmiendo, y hacían faltan alguna de tus broncas para despertarlos», contaba Carletto. «En el Milan, Ancelotti fue un papá para nosotros», recordaba Gattuso con sumo cariño. Si Genaro o alguno de sus compañeros tenía algún problema personal, con su mujer o con quien fuera, Carlo lo metía en su despacho, le daba una palmada en la espalda y le mandaba a casa: «Hoy olvídate de todo, no te entrenes y resuelve tus problemas», les decía.

Ahora, las únicas palabras bonitas que se cruzan son solo a nivel profesional. «Para mí, es el mejor. Un maestro que gestiona todos los grupos. Carlo viene de tres o cuatro generaciones atrás y siempre tiene la llave para entrar dentro de la cabeza de los jugadores de todas estas generaciones. Parece simple, pero no lo es», reflexiona Genaro. «Los equipos de Gattuso juegan muy intenso y tienen una identidad muy clara», sentencia Ancelotti. Riad los vuelve a juntar esta noche.

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