Real Madrid

Zidane y su equipo se desconectan

Lo jefes del vestuario se sorprendieron por el once en Mestalla, sin Kroos ni Mendy, y el técnico opina que los jugadores no ejecutan lo que les pide. Háblará con el grupo para exigir el sacrificio y la disciplina defensiva mostrados ante el Barcelona y el Inter

Tomás González-Martín

La autocrítica es cruda en el Real Madrid y se realiza en los tres vectores del club, que son el entrenador, los jugadores y la directiva. Con independencia del arbitraje, que afirman les perjudicó ostensiblemente , Zidane abrió el frente del «mea culpa» al subrayar que su equipo comenzó bien, con un gol de Benzema como premio, y luego «se vino abajo». El técnico señaló con franqueza que fallan en defensa, tampoco están finos en ataque y deben mejorar en todos los ámbitos del juego. El técnico estaba decepcionado con varios de sus hombres y siente que debe atacar un nuevo punto de inflexión, como hizo cuando perdió en Mallorca en octubre del año pasado. Analiza que su mensaje no cala, que le oyen pero que no le escuchan. Vislumbra que sus pupilos no hacen lo que les dice antes del partido. Y tomará medidas. Asume que es responsable de todo . La acusación principal contra el marsellés es que su alineación en Mestalla no gustó a nadie, ni a los directivos ni a los propios futbolistas. Y eso genera inseguridad en el césped.

Zidane hablará en este parón con Lucas, Isco, Mendy, Carvajal, Marcelo, Nacho, Odriozola, Mariano, Lunin y Altube, que trabajarán a diario con él

El hito histórico sufrido por el Real Madrid en Mestalla, con tres penaltis señalados en contra y uno repetido, comenzó con ese mal presentimiento. Ell once de Zidane volvió a sorprender a todos, a dirigentes y a jugadores. Los líderes del equipo no comprendieron el equipo que su jefe presentaba frente al Valencia. No estaban ni Kroos ni Mendy, dos puntales del esquema. El alemán, por su liderazo para dirigir el juego y dominar la posesión. El francés, por su potencia para subir, bajar y taponar la banda con una seguridad que Marcelo, siempre ofensivo, nunca ofreció en el capítulo destructivo. La misma sensación tenían los responsables de la entidad.

La izquierda, la banda frágil

La banda izquierda del Real Madrid en Mestalla, integrada por Vinicius, Isco y Marcelo, era un flanco de debilidad física en el aspecto defensivo. A la hora de la verdad, el arbitraje ayudó de manera ostensible a la derrota, pero el conjunto blanco se adelantó en el marcador y después se echó atrás sin saber por qué. Zidane critica este punto fundamental, que es ajeno a su discutida alineación ¿Por qué sus hombres pasan a defender la ventaja y no mantienen el balón en su poder? Es lo que el responsable deportivo de la plantilla les exige y no le hacen caso.

Las victorias sobre el Barcelona y el Inter demostraron que sus hombres pueden si se sacrifican y juegan con disciplina defensiva y de presión. Eso les pide Zidane y no siempre lo hacen

La respuesta de Zinedine a su variopinta política de alineaciones es tan sencilla como discutible. Quiere tener a todos sus pupilos preparados para jugar en cualquier momento y les concede partidos en rotaciones que dejan en el banquillo a hombres teóricamente mejores y que son titulares habituales, como es el caso de Kroos y Mendy.

El entrenador otorga prioridad a crear buen ambiente del grupo y en Valencia colocó a Isco y a Marcelo para sumarles a la causa, especialmente al malacitano, quien le criticó de manera privada hace unas semanas por su ostracismo. En Mestalla le mantuvo como titular hasta el minuto 83 y ambos se dieron la mano cuando fue sustituido.

Nada de probaturas

La dirección deportiva del club comprende la filosofía de Zinedine, que es un gran gestor de egos, pero el análisis interno desvela con crudeza que en el Real Madrid deben jugar quienes se encuentran en mejor forma, porque la igualdad reinante en esta crisis generada por la pandemia no permite probaturas. Las bajas por el coronavirus y por las lesiones ya exigen cambios obligados. Casemiro y Hazard no viajaron a Valencia, por culpa del Covid-19, y no era necesario realizar más repartos de esfuerzos, se reflexiona dentro de la casa blanca. Mendy y Kroos tuvieron cinco días de recuperación activa después de vencer al Inter y se encontraban en perfecto estado. Además, ahora llega el periodo de selecciones y no había que reservar a nadie para un partido del equipo el miércoles.

La valoración añadida es que ha faltado acierto psicológico. Era importante marcharse al parón con una victoria, o como mal mayor un empate, y el 4-1, por muchos perjuicios arbitrales que hubiera, deja un mal sabor de boca para once días, hasta la visita al Villarreal, y una sensación de irregularidad. Las lesiones del Valverde y Benzema , que hoy se somete a pruebas médicas por una sobrecarga en el aductor izquierdo, agravan la tesitura que vive el equipo. Precisamente, se le achaca al «míster» no hacer ese reparto de esfuerzos con el delantero francés, que ha disputado casi todos los minutos.

A pesar de todo, el Real Madrid sigue en los primeros puestos de la Liga, cuarto en la clasificación, y lamenta que sus fallos, en este caso con perjuicio arbitral, no le hayan colocado más arriba en la tabla.

Zinedine hablará claro con los quince futbolistas que se quedan con él en Valdedebas para realizar una minipretemporada o llevar a cabo el tratamiento de sus lesiones. Lucas Vázquez, Isco, Mendy, Carvajal , Marcelo, Nacho, Odriozola, Mariano, Lunin y Altube trabajarán a diario con él. Hazard, Casemiro y Militao se ejercitarán con el grupo cuando superen dos PCR consecutivos del coronavirus. Valverde y Benzema serán cuidados de sus dolencias en la ciudad deportiva. El responsable de la plantilla tendrá once días para abordar con ellos las causas de estos vaivenes que definen al Real Madrid. Y rezará para que otros once hombres vuelvan sanos y salvos de sus selecciones: Ramos y Asensio (España), Varane (Francia), Kroos (Alemania), Courtois (Bélgica), Modric (Croacia), Odegaard (Noruega), Lunin (Ucrania), Jovic (Serbia), Vinicius (Brasil) y Rodrygo (selección olímpica brasileña).

Zidane quiere evitar otra crisis como la sufrida con las derrotas ante el Cádiz y el Shakhtar. Las victorias sobre el Barcelona y el Inter demostraron que sus hombres pueden si se sacrifican y juegan con disciplina defensiva y de presión. Eso les pide. Eso no lo hacen siempre.

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