Real Madrid
Vinicius brilla mientras Bale pide tiempo
El brasileño fue el mejor del partido; rompió por su banda, fabricó un gol y marcó otro; el galés acusó su inactividad y era sustituido
Nadie entiende por qué este chico no jugaba con Lopetegui, en un Real Madrid que estaba hundido físicamente y necesitado de la frescura de un extremo a la antigua usanza como Vinicius. Solari le concedió el protagonismo en su estreno liguero en el Bernabéu como entrenador. El chaval salió, derrotó al Valladolid en noviembre e inyectó un halo de esperanza en una afición alicaída. Después, el argentino le alternó en el equipo, hasta que comprobó que debía ser titular indiscutible. Cuando Vinicius se asentó en el once, el Real Madrid comenzó a mejorar. El muchacho transmitió con sus galopadas una confianza que la plantilla no sentía y todos se subieron al carro de la ilusión del madridismo. La recuperación física del conjunto explotó las mejores virtudes del brasileño, que se ha convertido en el delantero más agresivo del Real Madrid.
«Vini» fue ayer el mejor hombre del campeón de Europa. El imberbe acaparó el 75 por ciento de las acciones de ataque de los locales. Generó el primer tanto y marcó el segundo. Fue el talisman del partido.
La abrumadora mayoría de las jugadas ofensivas de los blancos se realizaron por la izquierda con la intervención del suramericano, que a su corta edad demuestra una sabiduría alimentada por los consejos de Solari. El número 28 se vio vigilado por tres defensas rivales y combinó paredes con Benzema y Reguilón para hacer boquetes por esa banda.
Pase de oro a Reguilón
Tapada su carrera por el exterior, Vinicius penetró hacia el centro en dos incursiones que acabó con dos disparos que rozaron el gol. El brasileño era el peligro para el Alavés y Ramos concentró el juego en ese flanco. El chaval dio un balón a Benzema que el francés remató con un disparo de aviso. Y la duodécima jugada del chaval significó el decimoctavo gol de «monsieur» en la temporada. Vinicius retuvo el balón pegado en su banda izquierda, esperó la incursión de Reguilón y le dio un centro de oro en profundidad que el canterano rubricó con el pase de la muerte al «nueve», que marcó a placer.
La actividad perenne de Vinicius contrastaba con la inactividad de Bale, que no entraba por la derecha y se escoraba hacia el centro para buscar el disparo. El galés ejerció más como delantero centro que como extremo. La irregularidad es una característica del galés, que reaparecía como titular y demostró la falta de ritmo. No se encuentra todavía en condiciones de ser titular.
Vinicius se pasó a la banda diestra para ver si Bale aparecía más por el otro flanco. Pero el equipo buscó constantemente la velocidad del brasileño. Tiene un cambio de marcha que nadie puede detener.
Bale fue cambiado y Vinicius volvió a la izquierda. Lanzó otros dos tiros que coquetearon con el gol. Y construyó la jugada de la segunda diana, con pase a Asensio, centro del mallorquín, error defensivo del Alavés y disparo colocado del brasileño. Era su cuarto tanto de la temporada. Solari le cambió para que el público ovacionara a su ídolo.
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