Supercopa de Europa | Real Madrid-Atlético
Bale, un juvenil contra Cristiano
Tras nueve años, el Madrid juega su primera final sin el luso y con el foco iluminando al galés
Mestalla, 20 de abril de 2011. El estadio del Valencia es el escenario del primer título del Real Madrid de Mourinho, y también del primer título del Real Madrid de Cristiano Ronaldo: la Copa del Rey. Casi dos años tiene que esperar la entidad blanca para levantar su primer trofeo desde la llegada del luso a la capital de España, en julio de 2009. El torneo del K.O., ganado por última vez en 1993, vuelve a las vitrinas blanca s gracias a un golazo del portugués, colgado en el cielo antes de rematar con la testa un centro de Di María. Gol con copyright.
Desde entonces, el Real Madrid ha ganado quince títulos más, todos ellos con el inconfundible sello de Cristiano Ronaldo, decisivo en todas y cada una de las finales y Ligas ganadas en esta década. 450 goles en 438 partidos para el mejor jugador de todos los tiempos de la entidad blanca, con permiso de Di Stéfano.
Será esta noche, en el Lillekülla Stadium de Tallín , con el Atlético más potente de su historia enfrente, cuando palpemos de manera real la resiliencia del Real Madrid post Cristiano, un equipo que en apenas dos meses se ha destapado la cabeza y los pies. Primero perdió a su líder de traje, Zidane, y poco después a su futbolista franquicia, Ronaldo.
Pero como presume Florentino en cada uno de su discursos, la grandeza del club de Concha Espina no está solo en su sala de trofeos, sino en lo que está por venir. Esa exigencia de la que siempre hace gala el mandatario blanco se traslada ahora a escenario distinto, con el papel principal para Gareth Bale , más fuera que dentro en los meses finales del pasado curso y, hoy, llamado a ser el referente de este nuevo Madrid. El fútbol siempre tiene una vuelta de tuerca más.
El galés, gran protagonista de la final de Kiev, pegó el cante tras los noventa minutos, como Cristiano , insinuando su marcha del club: «Estoy muy decepcionado por no haber sido titular. Creo que me lo había ganado. Tendré que hablar con mi agente este verano, porque yo necesito jugar cada domingo, y si no es posible aquí, lo haré en otro lugar».
Su egoísmo quedó en un rincón con la salida de tono de Cristiano , más incisiva y mediática que la de Gareth , pero la rabieta de ambos han tomado destinos opuestos. Con Ronaldo ya en la Juventus, y sin Zidane en el banquillo, a Bale el mes de junio le sentó de lujo, y no solo porque estuviera de vacaciones en Estados Unidos practicando su hobbie favorito, el golf. En solo cuatro semanas, su dos grandes tapones estaban fuera del club. Pista libre para echar a volar.
Pichichi de la pretemporada
Cincuenta días después de su amenazante mensaje, Bale se presentó en Valdebebas en un estado físico imponente, sabedor que ha llegado su hora. Y la pretemporada le deja, de momento, en muy buen lugar. Pichichi con tres goles, como Asensio , se le ha visto fresco de piernas y de mente, asociándose más que de costumbre, ocupando con acierto ambas bandas del ataque blanco y llegando a zona de gol con brío y determinación. Ya no tiene excusas para dar el salto que se le lleva demandando desde 2013: «Es un súper profesional que está entrenando con la ilusión de un juvenil. Estamos convencidos de que hará una gran temporada», dijo ayer Lopetegui.
Porque Bale aparece con frecuencia en los momentos de la verdad del Real Madrid. Sin sus goles en Lisboa y Kiev , la brillante historia blanca en Champions de último quinquenio quizás no sería real. Su cabalgada ante el Bartra, en la final de Copa de 2014, también ocupa con orgullo los ‘highlights’ blancos de la década, pero un futbolista de 100 millones no puede ser un jugador solo de instantes. En su debe está su irregularidad y su elevado número de lesiones, dos motivos que a punto han estado de sacarlo del Madrid. Pero no ha sido así. Ahora, el reto está en justificar los galones que siempre había demando. Es el juvenil Bale contra Cristiano.
Noticias relacionadas