Real Madrid-Barcelona

Siete mil madridistas reciben al equipo en la final de la Liga

Las banderas españolas competían con las blancas mientras los incondicionales cantaban «¡Madrid, Madrid, Madrid, hala Madrid!»

Tomás González-Martín

Zidane y Ramos han pedido a la afición madridista que les anime esta noche en el Bernabéu en su objetivo de recuperar el liderato perdido en campo del Levante hace una semana . Siete mil incondicionales esperaron desde las seis de la tarde la llegada del autobús de sus ídolos, que partió de Valdebebas a las siete y diecisiete minutos, para llegar al estadio quince minutos después, de forma muy lenta, ante la presión positiva de sus seguidores, que cerraban el paso y obligaron al conductor a girar dos veces en ángulo recto hasta penetrar en el aparcamiento interno del coliseo madrileño.

El autobús del Barcelona llegó antes al campo, a las siete y cuarto, por el lado norte. En ese momento, el bus madridista ya había salido desde la Ciudad Real Madrid, situada a seis kilómetros del teatro de los sueños.

Los forofos locales enseñaron sus bufandas al paso del bus desde que salió de Valdebebas. El trayecto era un reguero de «merenguitos» que animaban a los futbolistas a su paso, quienes saludaban tras los cristales .

Había bengalas encendidas por las calles en el camino de los jugadores hacia el Bernabéu. La lluvia intermitente acompañó la llegada de los futbolistas de Zidane al estadio.

A la hora de la verdad, los incondicionales cantaron «¡Madrid, Madrid, Madrid!» mientras el vehículo de la expedición blanca torcía por la Plaza de los Sagrados Corazones. Las banderas españolas competían con las blancas en la calle.

El cuerpo técnico y la plantilla han solicitado a sus seguidores que apoyen ahora y juzguen al equipo a final de temporada.

Benzema es un ejemplo perfecto de la presión que sufre el Real Madrid en su estadio, ante su afición. Juega habitualmente con miedo, con el freno echado en casa, afectado por los murmullos de unos seguidores exigentes que pronto se olvidan los éxitos conseguidos y brindados hasta hace un año y medio.

El del Bernabéu es un público crítico y los jugadores madridistas lo acusan. Es la idiosincrasia del seguidor blanco, que ha pitado a Di Stéfano y a Zidane , a Cristiano y a Benzema. Ahora, Zidane y Ramos han pedido al madridismo que apoyen hoy al equipo para ganar al Barcelona, recuperar el liderato, acabar con una mala racha y reiniciar el camino hacia el título de Liga.

Benzema es uno de los futbolistas que paga esa exigencia de la afición, que dificulta el juego del equipo por los nervios y la tensión. Suma 18 goles esta temporada, 13 en Liga, y no ha marcado en el campeonato español a lo largo de 2020. Su último tanto en el torneo lo firmó en Valencia, horas antes de la Navidad, en el 1-1 que el Real Madrid logró en Mestalla en el último segundo. Una diana en Copa, en Zaragoza, es su balance este año.

El delantero francés sufre directamente ese «pressing» que soporta el Real Madrid en los partidos en casa. El conjunto de Zidane juega más tranquilo a domicilio porque no escucha el rumor de la duda que se contagia en el graderío madridista cuando el gol no llega. «Esto no puede continuar así», señala un profesional importante del club blanco. «No es de recibo que juguemos mejor fuera que en nuestra casa».

Ni siquiera en la Champions, donde el público era diferente hasta hace unos años, funciona el antiguo apoyo incondicional al Real Madrid. Ahora vienen muchos turistas al fútbol y ya no se observa el dominio de los antiguos seguidores que venían de toda España a apoyar a su equipo. «El ambiente ha cambiado mucho», señala otro hombre de la casa. Hoy, el entrenador y el capitán han solicitado que el espectador madridista cambie esa política.

El Real Madrid quiere recuperar la ayuda de sus simpatizantes. « Que nos apoyen todo el año y que al final de la temporada emitan su veredicto», indica otro profesional de la empresa, veterano en mil lides.

Benzema ha sufrido durante mucho tiempo el juicio del público. Fue marcharse Cristiano y sentir los parabienes de una afición que por fin valoró su fútbol, cosa que no hacía antes bajo la sombra alargada de Cristiano. Hoy, el ariete quiere marcar y cerrar una racha de sequía que ha lastrado al equipo. Necesita , todo el Real Madrid necesita, la ayuda de la afición. Esa que el Barcelona siente en el Camp Nou siempre.

Aunque en Camp Barça se silbe a Bartomeu por lo que haga o haya dejado de hacer, luego los seguidores barcelonistas ayudan a sus equipo sin tapujos. Como en el Wanda se apoya a Simeone y al Atlético. Y eso produce puntos. En el Real Madrid no pasa lo mismo, es la sensación interna de la plantilla y del club.

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