Real Madrid

Camavinga pide a gritos la titularidad

El francés deja, otra vez, veinte minutos de notable rendimiento en su tercer partido con el Real Madrid

Rubén Cañizares

Con 18 años y solo tres ratitos saliendo desde el banquillo, Eduardo Camavinga se ha convertido es una de las sensaciones de la Liga. 23 minutos ante el Celta , un gol. 10 frente al Inter, una asistencia, y ayer 24 minutos contra el Valencia para darle la fuerza y el vigor necesario al equipo en su remontada en Mestalla. El francés es el ejemplo perfecto de futbolista moderno. Pulmones para ir de área a área sin descanso, buen toque de balón, zancada larga, intenso en la recuperación y con calidad para asistir y definir en los últimos metros. Un todoterreno que se ha ganado el corazón del madridismo en apenas dos semanas y que empieza a oler la titularidad.

En una semana con jornada de Liga a mediados de la misma, Camavinga disfrutará de su primera aparición en el once. Mallorca y Villarreal son los dos rivales a los que se mide el Madrid, ambos en el Bernabéu, por lo que parece el escenario perfecto para que el francés de un paso más en su vertiginosa adaptación al club blanco. En principio, la idea de Ancelotti es darle la titularidad ante los bermellones este miércoles.

Sería el justo premio a una irrupción inmejorable. Cada minuto que ha jugado Camavinga , el juego del Madrid ha ido a más, con un notable impacto directo del francés. En Mestalla, cuando el equipo ya no tenía piernas y el marcador y el crono eran una losa que parecía imposible levantar, emergió con fuerza para darle el impulso que en ese momento necesitaba el Madrid. Bajo al centro del campo a pedirla, movió al equipo de una banda a otra, se metió entre líneas cuando el Valencia ya era un frontón en área propia, y corrió hacia atrás como un rayo en las pocas contras que tiró el equipo ché en esos últimos 25 minutos de partido. Una actuación brillante redondeada con una celebración especial, muy de Juan Gómez 'Juanito', con abrazos muy cariñosos con sus compañeros.

Camavinga se puso a saltar sobre el césped, pleno de felicidad, como hiciera el mítico '7' blanco en aquella majestuosa remontada ante el Borussia Monchengladbach en la década de los ochenta. Era la felicidad en mayúsculas, y su sonrisa contagiosa y cautivadora así lo demostraba también. Casemiro, pesado de piernas tras tanta paliza en este inicio de temporada, y Modric, que con su edad no puede jugarlo todo, tienen un repuesto de garantías en Camavinga, que pide a gritos la titularidad.

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