Real Madrid
Mourinho de engaño y Zidane de pase de pecho
No se considera el mejor entrenador, pero es el mejor talento para sacar provecho a los futbolistas. Habla poco y en tres minutos se lo dice todo a un profesional
Sigue la rueda de prensa de presentación de Zidane en directo
No se las da de grande. Si los títulos de Zidane los consigue un argentino, le nombran presidente del Gobierno, porque no hay nada como un técnico argentino (y no hablo del trabajador Simeone) para venderse bien. Menotti fue el primer vendedor de humo y después hubo mil imitadores. Simeone no vende humo. Ni Zidane. Venden verdades. El francés ha logrado más éxitos que la mayoría de los preparadores de la historia de la casa blanca y retorna para hacer todavía más grande al club. No le importa su palmarés, sino el de la entidad que ama.
Mourinho fue un engaño torero para negociar con serenidad y convencer a Zidane, el hombre que camina hacia los récords de Miguel Muñoz. El club está encantado con su retorno, porque es el hombre que casa con el ADN ganador y de respeto de la entidad
Zinedine ejerce de modesto. No se considera el mejor. Es un acierto hablar así, pero la humildad da paso a las críticas. Le acusan de no saber hacer cambios. Y lo cierto es que los hace bien. Cuando un equipo está bien no hay que tocarlo y él no lo toca. Es uno de sus lemas. Sus tres Copas de Europa son un éxito superior, una racha histórica en el club más legendario del mundo.
Dice Zidane que fue mérito de los futbolistas. Claro. Pero también es suyo. Llegó el francés el 4 de enero de 2016 y el vestuario se tranquilizó. Fue un acierto la designación de Zinedine aquel día del invierno de enero. Enderezó la nave y trajo la alegría al vestuario. Es respetado por los jugadores, porque fue un gran futbolista. Y ha introducido novedades técnicas y tácticas que han triunfado. Su rotación constante es un éxito de modernismo. Su igualitarismo ante las estrellas es otra decisión valiente y acertada. No le tembló la mano al sentar a James, a Isco, a Bale y a Benzema. Hizo titular a Casemiro.
Mourinho fue un engaño torero para negociar con serenidad y convencer a Zidane, que camina hacia los récords de Miguel Muñoz. El mito de Zizou es real, no ficticio, como lo fue el golazo de 2002 en Glasgow. Zidane agranda su mito con trabajo y talento. Primero como jugador y ahora como jefe. Está tocado con la varita mágica de los elegidos. Vuelve el mago.
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