Real Madrid
Modric, felicitado por la plantilla al dar una lección mundial de deportividad
El croata no estaba ni nominado al Balón de Oro y acudió a entregárselo a su sucesor en el reinado, Messi, estandarte del máximo adversario
Luka Modric es un señor del deporte que habla poco, pero cuando habla lo hace bien, con criterio, sin espinas. Y su comportamiento es ejemplar. En Barcelona, en el barcelonismo y en el Barcelona se ha reconocido esa deportividad de un jugador del eterno rival que ha roto moldes con su actuación. El mediocampista del Real Madrid no estaba ni nominado al Balón de Oro un año después de obtenerlo y acudió a entregárselo a su sucesor, el gran futbolista del máximo rival.
En Barcelona y en el Barcelona se ha ensalzado el comportamiento ejemplar de Modric, que no estaba ni nominado al Balón de Oro y acudió a entregárselo a su sucesor en el trono, el líder del máximo rival. Cristiano y el propio Messi deberían aprender y tomar nota
Cristiano no acude a la gala del Balón de Oro porque no gana. Este año se justificó con la entrega de premios de la Liga italiana, que le eligió el mejor, pero no se justifica. El portugués ya ha faltado en otras ocasiones cuando no venció .
Messi, ganador ahora, también ha faltado en algunas ocasiones, cuando quien ganó fue el luso. Luka Modric, que triunfó el año pasado, les ha dado una lección a los dos .
El croata , único Balón de Oro actual en la plantilla blanca, ha pasado de conseguir ese galardón en 2018 a no estar ni en la lista de nominados. Y acudió a París para entregar el premio a su sucesor.
No debería ser noticia este gesto deportivo. Lo es porque en este mundo de egos incontrolables, infinitos, donde las estrellas se creen que son únicas y que el mundo cambió con ellos, este eso no es lo normal. Ni Cristiano ni Messi han ido a todas las galas. Cuando han perdido, han faltado. Más Cristiano que Leo, pero el argentino también se escapó varias veces al no ser el primer premiado. Están mal aconsejados y se dejan aconsejar. Modric, sin consejeros, les dio una lección para siempre.
El centrocampista croata viajó en su día libre, de manera privada, para entregar el Balón a Messi, al líder del eterno rival. Y le dijo: «Enhorabuena, te lo mereces».
Ha sido la guerra cainita que Guardiola y Mourinho encabezaron la que generó esta guerra de egos que acabó en la falta de elegancia de Cristiano y de Messi.
Modric la rompió en París. Y abre un sendero de recuperación de la deportividad, por encima de esta lucha de personalismos exagerados. Messi debería entregar el premio el próximo año, si no lo ganara, a su sucesor. Modric ha sembrado. Y dejará a muchos en evidencia si no continúan su camino.
En evidencia ha dejado a Cristiano y a Chiellini. El año pasado, Mendes y la familia de Cristiano demostraron su falta de deportividad más absoluta al decir que el Balón 2018 lo merecía Cristiano y no Modric, que fue su compañero hasta unos meses antes. Ahora, el croata ha dejado también en evidencia al zopenco de Chiellini, que ha dicho que el Real Madrid «compró» el balón de 2018 para Modric, con el fin de quitárselo a Cristiano. Acusación grave e irresponsable, que viene a decir que el Real Madrid compró los votos de periodistas de todo el mundo para eso .
Mientras Chiellini quita méritos y desprecia a Modric, el croata le da una lección en toda regla.
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