Luis Prados Roa
Gento, un mito del Real Madrid
Ha muerto Gento… El entrenador Miguel Muñoz lo sacó por Velázquez (m.75) en la final de la Recopa del Karaïskáki de Atenas contra el Chelsea. Fue su último partido con el Real Madrid (21/05/1971). Fue el último partido que le vi jugar en la tele. Nunca lo vi en el estadio.
Cuando llegó, en el comienzo de la campaña de 1953, al igual que Di Stéfano, no podía sospecharse que sería protagonista tantos años de la etapa más gloriosa del Real Madrid. Un muchacho veloz, que se dejaba la pelota atrás, por el que pocos aficionados y cronistas apostaban. No marcó ni un gol en su primera campaña. Jugó 600 partidos en el club durante 18 temporadas.
Corría tanto, que hasta a sus compañeros de ataque les costaba llegar a la jugada. Era un jugador que levantaba a los espectadores del asiento cuando en sus carreras, en pases de Rial o de Di Stéfano, asemejaba el final de una carrera en el hipódromo de la Zarzuela, en las que siempre ganaba. Su velocidad llamaba la atención, como si se hubiera equivocado de deporte. Único futbolista en tener seis Copas de Europa conquistadas, porque, tras las primeras cinco consecutivas, se instaló para quedarse en la Historia y se acopló en el Madrid de los ye-yés.
En un fútbol donde no había sustituciones, condenó a no jugar a todos los extremos izquierdos de la época. Internacional con la selección, jugó 43 partidos. Con Gento se cierra la puerta a la etapa gloriosa que hizo grande y crecer a una institución como la del Real Madrid. Ha esperado a que Marcelo le empate en títulos, tras la Supercopa del domingo, para dejarnos y dejar grabadas con letras de oro sus gestas en las páginas del fútbol español. Con el recuerdo imborrable en nuestros mayores, los que nos llevaron al Bernabéu.