Real Madrid
James y Bale, los Amavisca y Zamorano de Zidane
Descartes de verano que son hoy, junto a Benzema, los mejores jugadores del Madrid en este inicio de temporada tan movido
Domingo, 21 de julio. Sala de prensa del NRG Stadium de Houston . Es plena madrugada veraniega en España, pero en pocos minutos el eco de las palabras de Zidane van a cruzar el charco a la velocidad de la luz provocando un revuelo importante: «¿Bale? Si se va mañana, mejor». El mensaje del entrenador del Real Madrid, tras el primer partido de pretemporada en el que el galés se quedó fuera de la convocatoria, es tan contundente como inoportuno. Seguramente, el infrecuente uso del castellano le juega una mala pasada a Zizou, que elige las palabras menos adecuadas para expresar su deseo y la realidad, pero la tardía aclaración, ya tres días después, no evita la metedura de pata: «A veces mi español es un poco lioso. Voy a intentar ser muy claro. No he faltado el respeto a nadie. Bale no se vistió contra el Bayern porque él no quería, ya que nos comunicó que estaba tratando su marcha. Para nada me incómoda trabajar con Gareth. Voy a contar con él como uno más».
Dos meses después de aquello, Bale es uno de los mejores futbolistas del Real Madrid en este curvado inicio de temporada, y no se le caen los anillos por pegarse una carrera de 50 metros en el minuto 93 para defender una peligrosa incursión de Jesús Navas que ponía en riesgo el vital triunfo en el Pizjuán. No parece el mayor piropo para un futbolista, pero tratándose de quién se trata, sí lo es. Bale ha estado todo el verano en la puerta de salida, por decisión de Zidane , y ahora es titular indiscutible. Por méritos propios, claro. El galés decidió guardar silencio, entrenar más y mejor, esperar el paso de los días y hablar sobre el campo. Y así ha sido. Un mes de competición en los que ha sumado dos goles y una asistencia en los cinco partidos jugados, números tan buenos como las sensaciones. No hay ni sombra de su fragilidad física, muestra un compromiso defensivo pocas veces visto en su etapa en el Madrid, y ha recuperado la alegría y la química con sus compañeros.
La situación de Gareth es similar a la de James Rodríguez , aunque en este caso la opinión de Zidane no era tan extrema como con Bale. Al francés no le gustó la actitud del colombiano en su primera temporada en el banquillo, cuando cogió al equipo en enero de 2016 una vez despedido Rafa Benítez . Apostó por él antes que por Isco, pero James decidió apostar por la noche antes que por el fútbol. No jugó ni un solo minuto en la final de Milán (2016), y durante la siguiente temporada (2016-2017) quedó como un futbolista más de la unidad B, pero sin minutos tampoco en los encuentros de la verdad. Y la solución fue cederlo dos años al Bayern.
Por el camino, marchó y regresó Zidane , pero el francés no se había olvidado de todo aquello y comunicó al club que no contaba con él. También se equivocó. El Real Madrid no encontró en el Atlético ni en el Nápoles, los dos principales pretendientes del cafetero, los cincuenta millones solicitados por su traspaso. Y James vino con conducta y talante nuevo. Así que el colombiano, como Bale, se pasó las tres primeras semanas de agosto entrenando en Valdebebas sin abrir la boca, esperando a dar que hablar cuando le dieran la oportunidad. Y eso ha sucedido. Junto a Benzema, James y Bale son los futbolistas más decisivos en este primer tramo del curso, y en el caso de cafetero con mayor mérito al ejercer de interior, posición que le exige trabajo defensivo y le aleja del área rival. Pero no ha habido peros y hí está su rendimiento. James y Bale, Bale y James, los Zamorano y Amavisca de Zidane.
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