Real Madrid
Isco, lesión en el peor momento
El malacitano ha pagado, al igual que Lucas Vázquez y Nacho, el precio del cambio radical de preparación, del confinamiento al césped. Luchaba por ser titular y una dolencia de isquiotibiales le deja sin jugar durante veinte días
Francisco Alarcón, Isco, se suma a Lucas y Nacho . Los tres no han jugado desde marzo y ahora no lo harán hasta el mes de julio. Se pierden gran parte de esta Liga. El malacitano, el titular sin sitio fijo durante tantas temporadas, iba a serlo ante el Valencia y una lesión de isquiotibiales en el muslo derecho se lo impidió. Lo peor es que el diagnóstico indica veinte días de baja y se le escapan ocho jornadas de las once que el Real Madrid disputará en esta serie final del curso. Demasiado. El calendario maratoniano ordena un partido cada tres días y ese ritmo constante durante 36 días sin parar es un martirio para los futbolistas. Quienes sufren problemas físicos se pierden el doble de los encuentros de una campaña normal . Menos mal que en agosto espera la Champions .
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Isco Alarcón es el último caído. Sin haber jugado en este retorno al fútbol, lo iba a hacer hoy, ha entrenado durante un mes en Valdebebas tras dos meses de sesiones de confinamiento, un trabajo físico que no permitía el estiramiento de los músculos en la libertad del aire libre, y ha pagado ese cambio tan brusco. Todos los entrenadores sabían que el salto radical de preparación después de dos meses de ejercicio casero, en pocos metros de movimiento, pasaría factura alevosa. Las lesiones larvadas del encierro, sin correr, sin carrera, han surgido en cuanto los profesionales han podido expandirse físicamente en esta larga pretemporada realizada antes del regreso de la competición.
Isco ha participado en 23 partidos, ha jugado 1.303 minutos y ha marcado tres goles
Nacho Fernández cayó por una dolencia muscular en el recto anterior derecho. Lucas Vázquez, otro titular sin plaza fija, se deja por el camino su sitio en esta Liga por culpa del sóleo derecho. Jovic, con una fractura en el pie derecho producto de un accidente doméstico, remata la cuadratura del círculo de la enfermería madridista.
Un serio perjuicio personal
Isco sufre un contratiempo importante en la temporada de su redención. Su enfrentamiento y su reserva con Solari al mando, manifestada en Éibar en el otoño de 2018 con un altercado dialéctico con el cuerpo técnico, significaron un año sin fútbol real. Ahora debe recuperar el tiempo perdido y cuesta. Muchas personas del Real Madrid nunca le perdonarán aquel comportamiento, de brazos caídos, que radicalizó su ostracismo. Otros defienden que él no podía hacer nada, descartado por Solari.
Aquello ya pasó. Zidane llegó en marzo del año pasado, habló con Isco y le dijo que cuenta con él. El técnico siempre le ha apoyado. Fue centrocampista y sabe los avatares que pasa un jugador de esa posición.
El andaluz ha participado en 23 partidos, con 1.303 minutos de juego y tres goles como balance anotador, aunque el remate no sea el objetivo principal del malagueño en el esquema del francés. Ahora no estará disponible durante ocho encuentros y esta es una situación especialmente perjudicial para el número 22, que no era titular y no será decisivo en esta batalla por el título. Sí lo fue en la consecución de la Liga 2016-17, rubricada con la Champions en Cardiff, etapa en la que Francisco Alarcón fue titular, protagonismo que confirmó en la Supercopa de Europa ante el Manchester United en Macedonia. También era titular en la final de Kiev un año más tarde, pero fue el denostado Bale quien entró en la segunda parte y anotó dos goles determinantes para la obtención de la decimotercera Champions madridista.
Ganarse el futuro
Isco renovó hasta 2022, premio a aquel trienio triunfal, con tres Copas de Europa consecutivas, una Liga, tres Mundiales de Clubes y dos Supercopas de Europa como principales trofeos de una era para la historia. Volvió a brillar en la reciente Supercopa de España disputada en Arabia Saudí.Le restan dos años de contrato y debe ganarse el futuro.
La lesión es un revés para sus intereses particulares. Tiene 28 años y no puede perder oportunidades, pues la competitividad en el Real Madrid cada vez es más grande y la posible llegada de Odegaard a la primera plantilla blanca en agosto, con vistas a la siguiente campaña, complicaría aún más sus opciones de tener minutos. Isco necesita jugar para mantener su rango.