Cortita y al pie
Los jeques tolilis
Cuando parecía perder protagonismo, ir a remolque, estar incluso superado, Florentino da un golpe en la mesa del fútbol

Como Britney Spears, e igual que ella por encima ya del ‘meme’ y de su propia leyenda, Florentino Pérez puede decir “ups, lo hice otra vez”. Cuando parecía perder protagonismo, ir a remolque, estar incluso superado, Florentino da un golpe en la mesa del fútbol. ... Un golpe distinto. La compra de Mbappé no sería solo mucho dinero, sino una mezcla de estrategia a medio plazo y de salud financiera, de calma cuando todos tienen prisa, y de recursos cuando no hay un euro; todo con un dominio de la situación que hasta los jeques parecen tolilis.
El primer florentinismo llegó con la escandalosa contratación de Figo en el 2000, y la no menos de Ronaldo en el largo verano de 2002 en el inolvidable Pitina. R9 fue el goleador de la Galaxia.
El II Florentinismo, tras su ida y vuelta, llegaría con el fichaje de Cristiano Ronaldo en 2009. CR7 fue otra década de gol.
Ese viejo galacticismo, comprar la figura como una OPA a los grandes de Europa, se convirtió con los años en un imposible por la aparición de los clubes-Estado y Florentino reaccionó de dos formas, las dos relacionadas con la paciencia. Si no podía comprar al galáctico hecho, lo compraría aun por hacer. Así fueron llegando fichajes como Vinicius, Rodrygo o Kubo, pero como esto tiene mucho de lotería, la otra forma ha sido esperar al galáctico, sellar un pacto en la servilleta legendaria. Si la cláusula de rescisión ya no sirve de nada, la solución es esperar al final del contrato. Su poder de negociación surge de la seducción al futbolista y de una tranquilidad que parece seguir el consejo de Emerson (no el mediocentro): adopta el ritmo de la naturaleza, la paciencia. Como si el tiempo estuviera del lado del Madrid, el florentinismo se hace orgánico, paciente, capaz de aguardar. Su depredación es distinta. Hay temporadas enteras que han parecido transición, la mera espera de otra cosa. El período que va del 2018 (adiós de CR) a 2021, casi todo gestionado por Zidane, fue eso, un Madrid agazapado, quietista, ahorrativo y contracíclico.
El Tercer Florentinismo llegaría con Mbappé, tan galáctico como el primero de todos, Figo (le acompaña, sin Messi, otro hundimiento culé), pero con la diferencia de que todo el mundo comprende ya qué es un ‘fichaje estratégico’.
Con Mbappé, el Madrid vuelve a situar el centro del fútbol en La Castellana y en un contexto multipolar, Florentino deja claro que el mayor poder de seducción lo tiene el Madrid por su combinación de salud financiera, tradición y prestigio. Encuentra así la forma de luchar con los petrodolares que fueron atraídos por la revolución del Primer Florentinismo. Mbappé, el estadio-pantalla y el contrapoder de una nueva competición garantizarán la primacía madridista. Florentino cambió el fútbol una vez y ahora lidera la adaptación al que está por llegar.
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