Real Madrid
El honor insuficiente del Real Madrid
Solari destaca el partido de los suyos pero lamenta la falta de gol de sus jugadores
En el fútbol científico de hoy, jugadores como Vinicius son una bendición. Cuando hasta los sorbos de agua que puede beber un jugador están contados al milímetro por el cuerpo técnico, alegra a la vista el descaro y la jovialidad de un niño brasileño de 18 años que sabe jugar al fútbol tan bien como ya hablar castellano, aunque solo sume ocho meses en España. No tiene nada que ver jugar bien, o no, con dominar el idioma del país al que acabas de aterrizar, pero dice mucho de la disposición de un profesional y de su humildad y ganas de aprender el empaparse de todo lo que le va a rodear en su nueva vida: «Ha estado sensacional salvo en la última puntada», analizó Solari.
Margen de mejora
Fue Vinicius el protagonista de un Real Madrid que tiene en él un proyecto de Balón de Oro muy serio. Otra cosa será lo que suceda en los próximos diez años, pero mimbres tiene el brasileño para marcar una época. Cuantas más veces elige mal en los metros finales, ya sea en el último pase o en el remate a puerta, más grande se hace su personalidad y más le quiere el Bernabéu, pero de momento esto no es suficiente. Vinicius ha hecho 56 remates desde que juega en el Madrid pero solo el 50 por ciento, 28 de esos disparos, acabaron entre palos, y de ellos tres fueron gol, apenas un 11 por ciento: «Es joven y tiene mucho tiempo para aprender. Y lo debe hacer entrenando y jugando. Claro que puede mejorar en el remate», explicó el técnico blanco.
De sus cambios de ritmo, su desborde, sus regates y su insistencia nacieron todas las ocasiones del Real Madrid y las ovaciones de la grada, apoyado en un partido gigante de Reguilón, pero la falta puntería, esa que mandó a Lopetegui a su casa a finales de octubre, privó a los blancos de un puesto en la final de Copa ante un Barcelona menor, pero que arriba tiene justo de lo que adolece el Madrid, la pólvora: «Nos ha faltado contundencia. Es una derrota que nos duele».
En el minuto cinco de la segunda mitad, en su primera llegada al área de Keylor Navas, Luis Suárez llevó la pelota al fondo de la red. Un mazazo para los de Solari, tras una primera parte brillante, verse con el marcador en contra ante un equipo que solo necesitó un disparo para poner la eliminatoria a su favor. Aún así, los blancos se levantaron y volvieron a ofrecer veinte minutos de buen fútbol y oportunidades, pero otra vez sin acierto y ante un Barcelona con espacios para correr y matar al Madrid al contragolpe, y eso hizo: «Tuvimos muchas ocasiones en la primera parte y también en la segunda con el 0-1... Nunca le perdimos la cara al partido, pero ellos fueron muy contundentes. Marcaron en su primer remate y en el segundo hicieron el tercero, porque el segundo es en propia puerta. No hay nada más que agregar».
La bala de la Champions
Hasta el propio aficionado azulgrana se frotaba los ojos al ver en el minuto 72 a su equipo ya en la final, justo el momento en el que miles de aficionados madridistas empezaron a desfilar por las gradas del Bernabéu , hundidos tras un palo tan injusto como hiriente que Solari elevó al colectivo: «Hemos caído con honor. Me extraña que se me pregunte por mi responsabilidad. El fútbol es un deporte de equipo y aquí ganamos y perdemos todos».
Poco se le puede reprochar al Real Madrid de anoche, que jugó uno de sus mejores partidos contra el Barcelona en los últimos años pero se quedó sin el premio de la final y con un 0-3 ante el máximo rival que le deja sin la competición que más cerca tenía de ganar este curso. La temporada de transición toma mal color, pero aún queda la bala de la Champions: «Hay que levantarse rápido», sentenció Solari.
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