Cristiano luce en la competición que Di Stéfano hizo grande

Una de las cosas que Cristiano más lamenta de la vida es que Dinis, su padre, no haya podido verle ganar cuatro Champions, cinco Balones de Oro y los dos premios «The Best» que la FIFA ha concedido en la historia. «Lo habrá disfrutado desde el cielo», explica al rememorar a su progenitor. Falleció el 7 de septiembre de 2005, pero desde que Cristiano tuvo uso de razón le escuchó hablar del Benfica de Eusebio como relevo generacional del Real Madrid de Di Stéfano que ganó las primeras cinco Copas de Europa. Aquellos elogios, cuando Ronaldo jugaba en el Andorinha de Funchal, ilusionaron al chaval para emular a Di Stéfano y Eusebio para triunfar en Europa. En 2009, los dos, Di Stéfano y Eusebio, estuvieron en el Bernabéu en la presentación de Cristiano como futbolista del Real Madrid. Hoy, el portugués es el máximo artillero de la Champions, 116 goles, y el mayor goleador del Real Madrid en la Copa de Europa, 101. En su temporada más complicada, grisáceo en la Liga, el Balón de Oro vuelve a reinar en la competición que le encandila .

Su padre tiene mucha culpa de ese amor por la Champions. La estrella puede descansar en el campeonato español, pero no perdona un minuto en la competición que le obsesiona desde que tenía siete años.

Su anhelo por dejar una marca goleadora para la historia le motiva tanto como la obtención de su quinta Copa de Europa. Esa cifra le igualaría con el añorado Di Stéfano, con quien mantuvo conversaciones inolvidables. Desea ser el número uno en títulos de Champions. El récord lo ostenta Gento, seis. «¿Y vos con quién has empatado?», decía Di Stéfano. «Con Gento», le gustaría decir a Ronaldo, oscuro en la Liga, fulgor tan reluciente en Europa.