Galatasaray-Real Madrid
Courtois, tres guantes de oro
Salva al Madrid con un trío de paradas decisivas en su mejor partido de blanco
En el verano de 2018, Bélgica se marchaba de Rusia como la tercera mejor selección del Mundial, su mayor éxito de toda la historia. Un equipazo liderado por Hazard llenaba de orgullo al país centroeuropeo, y no solo por subirse al podio del torneo más importante a nivel de selecciones. El poco fútbol que se vio en Rusia lo puso el combinado de Roberto Martínez, y solo el músculo de Francia le privó de llegar a su primera final de un Mundial. Pero en aquella vistosa selección belga la magia de Hazard, Balón de Plata , estuvo acompañada de un portero excepcional que mantuvo a su equipo en el torneo cuando más lo necesitaba . Aquel guardameta era Thibout Courtois , el mismo que lleva temporada y media perdido en el Real Madrid. Hasta ayer.
Necesitaba el arquero belga un partido como el de Estambul. Por él. Por su equipo. Por el futuro de ambos. Y tuvo que ser en la final anticipada del Ali Sami Yen donde Courtois justificara por fin la importante apuesta que se hizo en el Real Madrid . Relegar al banquillo a Keylor Navas, el portero de las tres Champions, sin méritos deportivos concebidos en el club blanco, pasó factura a una posición tan delicada como es la portería, y por ende, al ecosistema del equipo.
Polémica decisión
El costarricense vio como de la noche a la mañana su titularidad era birlada por un portero que brilló en el Mundial, sí, pero que en el equipo blanco solo encadenaba partidos impropios de un portero del Real Madrid, donde la excelencia es la única vara de medir, ahora que a Ramos le gusta tanto hablar de ella. Esta discutible decisión deportiva no gustó al núcleo duro del vestuario, le hizo daño a Keylor, pero también a Courtois , metido en una burbuja de desconfianza e incomprensión que reflejaba sobre el verde de manera preocupante. No paraba una. Ni las fáciles, ni las difíciles. Invisible .
Este verano, a pesar de la controvertida decisión de otorgarle todos los poderes, y dejarle Keylor el camino allanado tras su marcha al PSG, su rendimiento siguió siendo preocupante. Para ser portero del Real Madrid hay que darle puntos y victorias a su equipo , como anoche en Estambul.
Con el empate a cero, y en un margen de sesenta segundos, Courtois sacó su Guante de Oro para dar un puñetazo sobre la mesa. Primero, en un mano a mano Con Florin Andone, con manoplas rígidas para despejar el potente disparo del rumano. En la siguiente jugada de ataque del Galatasaray, balón parado botado por Seri, remate de Andone al primer toque y despeje milagroso de Thibout.
El recital de Courtois tuvo una tercera foto . Ya con el 0-1, una buena jugada de Babel por la zona izquierda acabó en un centro al punto de penalti que Belhanda cazó con su bota derecha. El disparo, seco, lo repelió Courtois con inteligencia, dirigiendo el balón hacia el costado izquierdo, evitando cualquier opción de rechace.
Fueron las tres única intervenciones de Thibout, suficientes para mantener su equipo vivo en la Champions , encauzando una clasificación que había adquirido tintes dramáticos. Tres paradas de Guante de Oro para frenar la hemorragia de Palma de Mallorca y darle una vida extra a Zidane.