Champions
El Bernabéu penaliza la desidia del Madrid: «Es bueno que nos despierten con algunos pitos»
Pitos en el estadio, los primeros tras la vuelta de los aficionados blancos a las gradas: «Nos motiva para hacer las cosas bien»
El control de la pandemia en España ha sido un flotador para el fútbol de élite, asfixiado por la notable perdidas de ingresos como consecuencia de ver cemento en las gradas de los estadios durante año y medio. El regreso de los aficionados ha sido un chute económico, y obviamente también anímico. El futbolista vuelve a sentir el calor de la gente, pero eso conlleva obligaciones y deberes. Las del Bernabéu , en concreto, correr como si fuera la última carrera de tu vida. Y eso es lo que precisamente no hizo ayer el Madrid, sobre todo en una primera parte indigna de la historia del club blanco.
El generoso esfuerzo de Vinicius en la presión supuso servir en bandeja a Benzema el gol 1.000 blanco en la Champions , pero esta bonita marca no evitó una mancha fea, e innecesaria. Desde ese 1-0, el Madrid se dedicó a andar por el campo, sin actitud, sin ganas, sin sangre y sin ningún tipo de interés en el partido, como si el mismo se hubiera acabado en ese minuto 14 en el que abrió el marcador Benzema. Y eso enfadó al Santiago Bernabéu, que pitó a sus jugadores por primera vez tras su regreso a las gradas: «Tenemos una afición que exige mucho. Es bueno para motivarnos y hacer las cosas bien que la afición nos despierte con algunos pitos. No pasa nada. Nos ayuda», reflexionó Ancelotti. «Jugamos cada tres días, y es complicado. Son muchos partidos de alto nivel. A veces no se puede jugar bien, pero es normal que la afición quiera que sea así y marquemos goles», explicó Benzema.
Sobre el verde, Militao y Alaba mostraban en su rostro el enfado por la apatía del resto de sus compañeros. Se desconectaron Vinicius y Benzema, les siguieron Kroos y Modric , luego Carvajal y Mendy, y minuto a minuto el Shakhtar se iba haciendo dueño absoluto del balón y de las ocasiones, hasta el punto de empatar el duelo en un balón cruzado que a Alaba y Militao, precisamente, les pilló dormidos. Cuando el que está a tu lado bosteza, se contagia. Y eso les pasó a los centrales blancos. Ancelotti y su hijo Davide miraban estupefactos el numerito de primera parte de sus jugadores.
La segunda parte no se alejó mucho de lo visto antes del descanso. El Shakhtar seguía generando murmullo en el Bernabéu y cara resignada en Ancelotti, pero para fortuna del Madrid el tanque de gasolina se iba quedando seco y en la capital juega Vinicius, uno de los futbolistas más en forma de Europa . Se inventó el 1-0 e hizo lo propio en el 2-1, generando una pared con Casemiro que permitió a Benzema sumar un nuevo tanto y sellar tres puntos que dejan al Madrid con pie y medio en octavos. Sin duda, la mejor noticia de una noche gris, también de Ancelotti, espeso con los cambios. Cero influencia a la hora de intentar revertir la desidia de los suyos: «Hemos empezado bien, y cuando hemos marcado la idea era esperar, pero con más agresividad. Además, con el balón hemos tenido el control sin intentar hacer daño. ¿Solo dos cambios? No quería modificar más aspectos defensivos y ofensivos, y creo que lo hemos controlado bastante bien. A los jugadores que han calentado cuarenta minutos les he dicho que lo siento, pero este es mi trabajo». El italiano prometió el día de su presentación fútbol ofensivo y espectacular, pero en estos momentos solo hay buenos resultados. Veremos si es suficiente para evitar más pitos en el futuro.
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