Real Madrid-Huesca

Estreno de Luca Zidane en el Bernabéu

El hijo del técnico, disputó su segundo partido con el Madrid, el primero en el Bernabéu. No tuvo culpa en los goles y estuvo atento a la contras

Tomás González-Martín

Zidane realizó un «casting» de futuro con toda su plantilla y en su segundo partido de su segunda etapa al mando del Real Madrid alineó a su hijo Luca en la portería y a Brahim en el ataque.

«No jugó mi hijo, jugó Luca, portero del Real Madrid», adujo Zidane; «su futuro ya se verá»

Luca Zidane disputó un partido de Liga con el conjunto blanco hace un año, el último del campeonato liguero, en Villarreal. El marsellés, el hijo del padre, debutó en el Bernabéu y obtuvo su primera victoria en el club, con Ramos como escudero, que cumplió 33 años el sábado, disputa su partido 605 con el club . Zidane desea ver en el césped a todos a sus hombres y el examen incluye a su hijo Luca, que ayer disputó su segundo partido oficial con el Real Madrid. El guardameta debutó hace un año con el primer equipo, en la última jornada de la pasada Liga, frente al Villarreal, encuentro que acabó con empate a dos goles. Esta temporada regresó al Castilla tras la contratación de Courtois y la llegada de Lopetegui. El adiós de Kiko Casilla, camino de Inglaterra en el mercado de invierno, supuso que Solari, que le dirigió en el Castilla, le ascendiera de nuevo. Ayer, el muchacho, veinte años, vivió la segunda noche más importante de su corta carrera, que comenzó hace cuatro campañas cuando subió al primer juvenil de la casa. Sus hermanos menores, Theo y Eylaz, también militan en la categorías inferiores de la entidad. Enzo, el hermano mayor, pertenece ahora al Rayo Majadahonda.

Luca no lo tuvo nada fácil en su primer encuentro oficial en el Bernabéu de sus sueños. Un error de la defensa madridista significó que sufriera, fusilado, el primer gol del Huesca, obra de Hernández. El riesgo que adquirió el Real Madrid para remontar la situación le permitió demostrar condiciones que los seguidores desconocían. Luca fue, en realidad, un líbero, colocado al borde del área para cortar los peligrosos contragolpes visitantes. El chaval salvó dos jugadas de gol con su velocidad en la arrancada desde el área.

Esta segunda oportunidad como cancerbero del Real Madrid le dio opción de enseñar su excelente juego con los pies, herencia de su padre. Sacó el balón bien jugado, a los pies de Ramos y de Nacho. Generó una gran ocasión de gol en un saque largo, al viejo estilo de Buyo, que Brahim, la otra noticia del once, no convirtió en gol de milagro. El malagueño realizó su mejor partido vestido de blanco, el quinto en su balance, con exposición de su regate y de su clase. Dio el primer gol a Isco, tras dibujárselo a Benzema.

Tampoco tuvo culpa Luca del segundo tanto oscense, en un cabezazo de Etxeita, libre de vigilancia. Los hombres de Zidane atacaban en un «partido loco», como lo definió el técnico francés, y no estaban atentos a los marcajes. Inmerso en esa ruleta rusa, su hijo lo pasó mal en la portería, desprotegido en muchos momentos, especialmente cuando el Huesca colgaba balones.

Es portero, no mi hijo

El acierto final de Benzema acabó con la presión del madridismo y concedió la primera victoria a Luca con el Real Madrid. Sufrida, pero con felicidad. Zinedine Zidane puso buena nota y dejó claro un punto de partida: «No puse a mi hijo, puse a un portero del Real Madrid. Jugó bien. Salió bien. Su futuro ya se decidirá».

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