MotoGP
Mugello y Jorge Lorenzo, una historia de liberación
El balear regresa al circuito donde logró destaparse en Ducati acallando unas críticas que lo persiguen de nuevo este curso en Honda
En Mugello, en 2018, el salto más grande de Jorge Lorenzo . El cajón más alto de un podio construido con sufrimiento, paciencia, constancia y confianza en sí mismo. Lo que en Ducati no tuvieron porque justo ese fin de semana de la liberación le dijeron que no continuaría en Ducati. En Mugello, en 2018, el salto más grande de Jorge Lorenzo : acalló críticas, venció a la presión propia y ajena , olvidó la incertidumbre de una posible retirada y fichó por Honda.
En este curso el balear vuelve a protagonizar ese camino de dudas e incertidumbre porque todavía no ha podido brindar un buen papel a la marca japonesa . Se acerca en entrenamientos, se desespera en carrera. Son cinco grandes premios de sinsabores para un piloto con un currículum envidiable y un orgullo y una capacidad de sacrificio a prueba de malos resultados. Sabe que llegará ese salto, aunque las lesiones y la falta a adaptación a la moto lo mantengan pegado a unos puestos décimos que corresponden poco con su calidad.
Por eso, Mugello se presenta como ese oasis en el que Lorenzo quiere dar un pasito adelante, asegurar su crecimiento en entrenamientos y confirmar que está listo para el domingo . Es un circuito que le gusta, técnicamente difícil, que se adapta a su pilotaje y a su ambición. No tiene la veloz Ducati que vuela en la recta final, pero sí una Honda que parece segura en los pasos de curva. Lo que necesita para avanzar y ganar en confianza. Siempre con los pies en la tierra, consciente de que apenas lleva unos meses de aclimatación a su nueva moto.
«En velocidad pura estoy peor que el año pasado y tengo algún problema para estar totalmente a gusto encima de la moto. Con esto quiero decir que mi objetivo ahora no es intentar igualar a Márquez, pero sí conocer su estilo de pilotaje. Mi objetivo, como hasta ahora, es ir acercándome a posiciones mejores de las que he hecho , acercarme al nivel que tiene Cal -Cruchtlow-, que lleva mi misma moto y que después de cinco años es algo más realista para este momento, y para eso tengo que mejorar principalmente la entrada en curva y mi manera de frenar , dejar los frenos, reducir, que es bastante opuesto a la manera y estilo a que me había acostumbrado con la Ducati», admitió el balear.
« La moto es la que es y tiene que ser así porque hay un piloto que está ganando con ella y sería estúpido cambiar la moto completamente. Hay que hacer cosas diferentes a las que estaba acostumbrado en estos dos últimos años, que es en lo que ahora estoy; hoy lo hemos entendido con bastante claridad, vamos a ver si mañana lo podemos poner en práctica en el circuito», apuntó. A pesar de las dificultades, o por ellas precisamente, Lorenzo se levanta siempre con fuerza. Mugello puede ser un pasito más a lo que quiere ser: el campeón de siempre.
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