Muere Dupasquier tras el fuerte accidente sufrido en Mugello

Hay caídas y lesiones, pero el riesgo del motociclismo solo se entiende de verdad cuando llega a sus últimas consecuencias. Al menos fuera del paddock. Dentro, todos son más que conscientes de que la velocidad, las curvas y también los rivales entrañan un peligro del que no siempre se sale. De ahí que en la mañana del domingo, el planeta motociclismo aguantara la respiración por un chaval de 19 años que el sábado sufrió una terrible caída, con la mala suerte de que otros compañeros no pudieron sortearlo. Pero, a las doce de la mañana, la noticia corría más veloz que la MotoGP: Jason fallecía este domingo tras el accidente sufrido durante la clasificación de Moto3 del Gran Premio de Italia.

El accidente se produjo a falta de una vuelta para terminar la sesión clasificatoria. La bandera roja interrumpió la Q2 de la categoría pequeña en Mugello cuando en la curva 9 Dupasquier perdió el control de su moto y se fue al suelo. El piloto japonés Ayumu Sasaki (KTM), que venía por detrás de Dupasquier, no pudo esquivarlo y acabó en la hierba, en un accidente en el que también se vio implicado Jeremy Alcoba (Honda).

Dupasquier, de 19 años, fue tratado primero en la pista, durante un periodo de 30 minutos, y luego fue trasladado a un hospital de Florencia, donde fue intervenido en las horas siguientes. Las primeras informaciones apuntaron a que el piloto suizo sufría heridas de extrema gravedad tanto en la cabeza como en el tórax, que obligaron a que fuera intervenido de urgencia. Finalmente, este domingo se ha confirmado la peor noticia posible.

Hijo del piloto de motocross Philippe Dupasquier, Jason comenzó despuntando en su país en la categoría de Supermoto. Su evolución lo llevó hasta la Rookies Cup, pero la mala suerte lo dejó fuera de juego durante toda la campaña 2018. Ya en 2019, recuperado en ánimo y físicamente, llegó a firmar una cuarta posición en el circuito de Jerez antes de saltar al Mundial de Moto3 , donde debutó la pasada temporada.

Su equipo ya se había negado a tomar parte de la carrera, porque solo había corazones compungidos, llantos atrapados en el pecho y la cabeza solo tenía un pensamiento: la familia de Dupasquier y ese piloto sonriente con el número 50 a cuestas que estaba llevando una trayectoria fantástica en el Mundial y que trunca su carrera y su vida en el circuito de Mugello.

Según los pilotos, el mejor homenaje es seguir en la pista, de ahí que la carrera de Moto2 se llevara a cabo, aunque los protagonistas acabaran sin respiración porque nada más quitarse el casco conocían la noticia. También se celebró la carrera de MotoGP, con un minuto de silencio previo en memoria del suizo y de todos los que han sufrido como él las últimas consecuencias de un deporte que es riesgo en cada curva.