MotoGP

Márquez y su año más tormentoso

El de Honda sufre un curso gris con seis caídas y las duras acusaciones de Rossi

Quería aprender en su primer año , pero su desparpajo y su valentía, con tintes de agresividad, sorprendió a todos. Debut y primer título. Quería ser el referente en el segundo, y de nuevo con sus buenas dosis de talento y otras más de efectividad se llevó su segunda corona . Una moto inestable, ímpetus irrefrenables y alguna mala decisión lo dejaron sin opciones de su tercer Mundial demasiado pronto para sus expectativas. Y todavía así, Marc Márquez revoluciona por tercera vez el campeonato , aunque en esta ocasión desde la grada de preferencia en que se ha convertido su situación entre los dos pilotos de Yamaha.

Poderoso encima de la moto, ya avisaba en sus dos primeras temporadas que no se arrugaba ante nadie. Tampoco este curso en el que un Valentino Rossi rejuvenecido olfateó enseguida las opciones de su décimo Mundial . De las últimas oportunidades que tendría el italiano de frenar la edad y alimentar su palmarés, ambos egos chocaron en sentido literal y figurado . Y ese parecido de caracteres en el que se fundó la amistad se vuelve motivo de guerra abierta. Por sus victorias o sus derrotas, por sus adelantamientos o sus caídas, Márquez no ha dejado de ser protagonista desde que debutara en la máxima categoría.

Son muchas las lecciones que se lleva de este 2015 en el que ha experimentado que la suerte a veces es esquiva o viene en su versión negativa. La moto no era la del curso anterior y su talento tuvo que lidiar muchas veces con la máquina, no siempre con buen resultado. Son seis las caídas en esta temporada, algunas, es verdad, tvo «ayudas». «Es mi forma de ser, siempre voy a ganar», admitía a principios de año. «He aprendido que quedar cuarto o quinto, al final es bueno para el campeonato», explicaba tras el Gran Premio de Valencia. La ansiedad, controlada; las hormonas, concentradas. Madurez.

Aunque también ha aprendido mucho fuera de la moto. Quien fuera su r eferente, ídolo y reflejo se tornó enemigo , implacable e injusto. Un aviso en Argentina , otro en Assen , y la confirmación oficial en la rueda de prensa de Malasia. Una amistad que ha pasado en un suspiro en un odio enfermizo. Porque a Valentino Rossi se le acabó el Mundial en esa patada en Sepang , pero no las acusaciones hacia el español, recrudecidas por la pérdida del título en Valencia.

De la peor forma posible, Márquez aprende en este 2015 a medir sus fuerzas y sus impulsos, y a confiar o desconfiar de los que una vez colgaron de las paredes de su habitación.

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