MotoGP

Albert Arenas: «No solo hay un camino para llegar arriba»

El campeón del mundo de Moto3 habla con ABC sobre aventura, pintura, su crecimiento hacia la élite y cómo gestionar las presiones buenas y malas

Albert Arenas ABC

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Aunque admite que no le ha cambiado demasiado la vida, que sigue siendo el mismo, lo cierto es que Albert Arenas (Gerona, 1996) es campeón del mundo de Moto3 . Muy pocos pueden decirlo y menos aún han conquistado el título con este camino singular de la paciencia, el paso por la universidad y la madurez. Cualidades que se notan en la charla que el piloto comparte con ABC sin haber tenido demasiado tiempo todavía para asimilar una temporada atípica que ha acabado con un Arenas campeón en la pista y en lecciones para el futuro:

¿Cómo está?

Muy bien, muy feliz. Después de una semana intensa, pero rodeado por fin de mi familia. Un poco asimilándolo. Muy contento, satisfecho y, sobre todo, con ganas de más.

¿Cuándo se dio cuenta de que era campeón del mundo?

Fue una sensación muy especial cruzar la línea de meta. Pero lo asimilé el domingo por la noche, en la cena con el equipo, con mi familia, con mi gente. Hablando con ellos. Las palabras de Jorge Aspar, yo agradeciéndoles todo. Ahí me di cuenta de lo que conseguí y de lo que había pasado. Y muy agradecido por toda la gente que me escribió. Estuve contestando a todos los mensajes desde Portugal hasta casa, fue un viaje de dos días. Y ver a toda esa gente que se acordaba, que ha estado allí a tu lado. Es algo que me satisface mucho, cumplir ese sueño de ese niño al que le gustaba tanto ir en moto.

¿En qué ha cambiado Albert Arenas del de hace dos semanas?

Poco porque sigo siendo el mismo. Me preguntaron en Qatar, cuando logré la primera victoria de la temporada: «¿Y ahora qué?». Bueno, pues ahora, he ganado Qatar, pero la vida sigue. Es mucho más que una victoria y lo mismo digo ahora con el Mundial. He conseguido el título, estoy muy feliz, lo celebré muchísimo en el circuito con la heladería, aproveché al máximo ese momento pero ya está. Me hace feliz pero no dejo de olvidarme de que el año que viene estaré en Moto2. Y que yo soy el mismo. Intento seguir siendo igual y aprender de este título.

¿En qué ha crecido este curso desde la primera victoria en Qatar hasta la última carrera?

He aprendido mucho a cómo gestionar la presión. Lo aprendí a base de sufrir. Llegué a mitad de temporada como líder y con mucha ventaja y estaba muy nervioso. Sentía esa presión porque nunca había estado en esa situación. Aprendí a gestionar esa presión, a llevar el peso del Mundial, cuándo hay que arriesgar más, cuándo hay que arriesgar menos. Los tempos son importantes en el mundo de las motos. Eso lo he aprendido y me lo voy a llevar para el año que viene. Y el hecho de ir carrera a carrera. No estar muy ansioso por llegar a final de temporada y pensar en ningún título.

¿Ha vuelto a ver muchas veces la última carrera, el Gran Premio de Portugal? Sobre todo esa última vuelta.

He visto muchas veces los momentos de la última vuelta, pero si te soy sincero no he visto la carrera entera. No he tenido tiempo ni ese momento de decir «ahora me voy a poner a verla». Está claro que voy a verla. Pero los mejores momentos, la lucha cuerpo a cuerpo sí los he visto. Me enorgullece mucho haber luchado el Mundial ahí, cuerpo a cuerpo con mis rivales en la pista. Eso lo hizo mucho más satisfactorio.

Además de la gestión de la presión de ser líder, ¿qué es lo que más le ha costado esta temporada?

Ha sido muy difícil estar muchísimos días en la burbuja de MotoGP, en el circuito. Comer tres meses seguidos en cajas de cartón con cubiertos de plástico, estar ahí aislado, solo. Todas esas vivencias han sido lo más duro. Los días que volvías a casa y no podías ir al gimnasio ni juntarte con gente... eso ha sido lo más duro. Pero creo que he sabido sacar lo positivo de esa situación, vivirlo todo con un poco más de aventura. Para mí ha sido así, los aficionados también lo habrán sufrido. Es la situación que hay y hay que ser conscientes y hay que cuidarse y adaptarse.

¿Le da más presión subir a Moto2 con el título?

Presión cero. Al contrario, me siento liberado, supersatisfecho y es un valor añadido. Algo de lo que me voy a acordar toda la vida. Pero no voy a subir a Moto2 pensando que soy el campeón. No, no. Voy a subir a Moto2 empezando un libro nuevo: página cero, carrera uno. Con muchas ganas de afrontar el nuevo reto, con muchísima ambición e ilusión. El título queda para siempre, pero hay que aparcarlo y centrarme en el presente.

¿En qué le ayudaron esos cursos de Ingeniería que cursó como plan B?

En mi historia llegué al Mundial más tarde que otros pilotos. Se han dado de esta forma. Estaba en el Campeonato del Mundo júnior y tuve que ponerme a estudiar porque no sabía qué iba a pasar en el futuro. Viví una situación distinta al resto de pilotos pero me aportaron cosas positivas. Utilizaba las motos para motivarme, pero supe separarlo. Hasta que tuve que decantarme por uno u otro. Porque es lo que sentí, es lo que me pide el corazón. Me encanta ir en moto y ahora mismo mi vida son las motos. Pero orgulloso también de haber vivido esa etapa en mi vida.

La vida del piloto que empieza está llena de dudas de si se llegará o no, ¿cómo se viven esas dudas?

Lo he sabido gestionar sin pensar mucho en el futuro. Con lo que había intentaba sacar el máximo. Tocaba ir a la Universidad, pues allá que vamos. Si tocaba carreras, daba lo máximo también. Aprender a sacar lo máximo de lo que teníamos. Me satisface haberlo conseguido de esta manera porque así se ha visto que no hay un modelo a seguir. No hay solo un camino para llegar. Cada uno tiene su historia, su manera y haberlo conseguido así también es un mensaje para que otros vean que no tienen que seguir un modelo. Ya no solo en las motos, sino en cualquier otra disciplina. La clave es creer, confiar y no pensar mucho en el más allá, sino en lo que hay. Y al final, lo hemos conseguido.

Todo lo que me ha pasado me ha ayudado. Afronté todas las situaciones difíciles durante el mundial, en Montmeló me tiraron y perdí el liderato, cuando me retiré en Valencia por un problema mecánico... es lo que hay y hay que afrontarlo. No hay otra. La próxima semana hay otra carrera y hay que adaptarse a lo que hay. Eso me ha ayudado a tirar adelante.

Piensa en el futuro más cercano, pero llegar a MotoGP es siempre el objetivo principal de todo piloto. ¿Cómo lo afronta?

Es el objetivo máximo, desde luego. Lo tengo y lo ponemos ahí, como objetivo. Pero para llegar ahí hay que centrarse en el momento. Tenerlo como motivación, pero sin hacerlo bien ahora no voy a llegar ahí. Hay que centrarse en lo que toca en Moto2, que la adaptación sea rápida, Y, sobre todo, que sea yo mismo, disfrutar y sacar el mayor potencial para que los equipos de MotoGP lo pueden ver para el futuro. Pero ahora es Moto2, estoy con muchísimas ganas e ilusión y daré lo mejor de mí para ver si podemos llegar.

¿Cómo es trabajar con dos campeones como Jorge Aspar y Nico Terol, que ya han pasado por donde está usted?

Sí, ellos han pasado por esto y es todo un honor estar con ellos. Pero a la vez es un poco de presión porque estoy en un equipo ganador, rodeado de campeones... pero es una presión buena si la sabes utilizar. Y me enorgullece poder darle este título a Jorge, al equipo que ha ganado tanto, y que Nico me haya acompañado en este proceso. Es increíble poder compartirlo con ellos. Es todo un honor regalarles este título al equipo y a Jorge.

¿Qué hace cuando no está en moto?

Soy una persona muy activa. Me gusta mucho la aventura. En invierno me gusta estar en la montaña, pilotar motos de nieve, esquí, hacer montaña. Subí el Aneto. Y en verano, me gusta mucho el mar. Nací en Gerona y he veraneado toda mi vida en la Costa Brava y me gustan los deportes de agua: moto náutica, surf... ya ves, muy activo y todo relacionado con el mundo de las motos. En este confinamiento he descubierto que me gusta pintar y ya tengo algún lienzo. Y estar abierto a nuevas experiencias y aventuras.

¿Se dio algún capricho por el título?

No me ha dado tiempo. Después de Portimao, el lunes estuve con Moto2, después fueron dos días de viaje en coche hasta casa. Pero estoy pensando en algo. Pero el regalo que me he dado más es tiempo, tiempo para mí, para asimilar todo, para estar conmigo mismo. He aprendido que lo material no me da mucha felicidad.

¿Qué le pedirá a los Reyes Magos?

Que se acabe esta pandemia ya y que puedan volver todos los aficionados a los circuitos, porque lo hacen especial para todos. Y muchísima salud para todos, para mi familia y para mí en la temporada para poder seguir pilotando.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación