fÚTBOL AMERICANO
Mahomes, un héroe cojo para la NFL
Disminuido por un esguince de tobillo, metió a su equipo en la Super Bowl con una actuación personal memorable
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«Superman se puso la capa», reaccionó eufórico este domingo por la noche Clark Hunt, presidente de los Kansas City Chiefs. El mandamás del equipo de fútbol americano se refería a Patrick Mahomes, el 'quarterback' de su equipo, que acababa de protagonizar una ... hazaña memorable y había metido a los Chiefs en la Super Bowl, la gran final, tras derrotar a los Cincinnati Bengals.
Pero Clark no interpretó bien lo que ocurrió. Porque lo que más nos conecta con los superhéroes, lo que de verdad nos remueve y emociona de ellos es cuando muestran su fragilidad humana. Mahomes lo hizo de forma casi poética: cojo, disminuido por un esguince de tobillo, firmó una carrera memorable, con los dientes apretados, que acabó por procurar la victoria de su equipo. Un héroe de tragedia griega en una noche helada de Misuri.
El marcador mostraba empate a 20 puntos. Faltaban 17 segundos para el final del tiempo reglamentario. La pelota estaba en la mitad de la cancha, en posesión de los Chiefs y necesitaban avanzar cuatro yardas para mantener la posesión. Todo un país -y cada vez más gente en el extranjero- tenía los ojos pegados a la tele. Mahomes recibió la pelota y se hizo de noche, no había agujeros en la defensa de los Bengals para un pase. Con la barrera de su línea de protección -cinco montañas humanas embestidas por otras tantas de los Bengals- a punto de quebrarse, echó a correr por su vida y la de su equipo.
Durante todo el partido, la cojera de Mahomes fue evidente. Ocho días antes, en la primera parte del anterior partido de 'playoggs', contra los Jaguars de Jacksonville, se había torcido el tobillo derecho. Dos o tres semanas fuera de juego es la consecuencia habitual de una lesión así. Pero, como los toreros, la recuperaciones de los 'quarterbacks' son milagrosas, sobre todo si hay una Super Bowl en juego. Mahomes se encerró con su fisioterapeuta y se calzó las protecciones y el casco el domingo.
Limitado en su capacidad de movimiento, mantuvo a su equipo a flote con un par de misiles decisivos de su brazo derecho que acabaron en 'touchdown', en anotación. O con pases improvisados, a la remanguillé, marca de la casa, que permitían avanzar a su equipo. Pero en ese instante final, solo le quedó correr, aguantar el dolor y llegar, de milagro, a la línea que permitía a los Chiefs mantener la posesión y buscar ganar el partido en una última jugada.
Los dioses recompensaron el coraje trágico de Mahomes: culminada la carrera, ya fuera del campo, un defensor de los Bengals le empujó. Un error infantil que suponía un castigo de 15 yardas contra su equipo y que puso a los Chiefs a una patada de 45 yardas para anotar tres puntos y ganar el encuentro. Pese al frío, el viento y los nervios, el pateador de Kansas, Harrison Butker, colocó la pelota entre palos. Mahomes y los Chiefs habían ganado su billete a la Super Bowl.
La noche agrandaba la leyenda de Mahomes, que se jugaba mucho en ese partido. Para empezar, preservar su candidatura a sucesor de Tom Brady, el mejor 'quarterback' de la historia. No había dudas al respecto cuando arrolló en su llegada a la NFL. Tras una carrera universitaria brillante y una temporada de suplente en los Chiefs, Mahomes se convirtió en 'quarterback' titular en 2018. Tiene un brazo poderoso y preciso, forjado también en el béisbol, donde su padre fue 'pitcher' profesional. Pero deslumbró sobre todo con su descaro, su determinación y su capacidad de improvisar, de encontrar huecos para la carrera, de dibujar pases fuera del libreto.
Al año siguiente, en 2019, conquistó la Super Bowl. Y volvió a llevar a su equipo a la finalísima en 2020, en la que Brady, recién llegado a los Tampa Bay Buccaneers, se reivindicó como el mejor de siempre. Mahomes jugó bien en aquella Super Bowl, que podía ser la de una transición entre reinados.
Pero apareció un tercer invitado: Joe Burrow, 'quarterback' de los Bengals, un jugador frío, ejecutor, dominante, más cerca de Brady en su estilo. Un año más joven que Mahomes, mucho más laureado en la universidad -trofeo Heisman, número uno del 'draft'- y que en su segunda temporada en la NFL -la primera la perdió por lesión- llevó a su equipo a la Super Bowl. Fue el año pasado y para conseguirlo tumbó a Mahomes y los Chiefs.
Esta temporada, los Bengals habían derrotado a los Chiefs en las dos ocasiones que jugaron. El partido del domingo venía precedido de tres victorias consecutivas para los Bengals, con un Burrow excepcional.
El equipo de Cincinatti llegó a Kansas crecido. El alcalde de la ciudad exigía un test de paternidad para demostrar que Mahomes era hijo de Burrow. Este último llegó al estado con una camiseta de un osito de peluche que decía 'Disculpas por anticipado'.
El cojo, sin embargo, salvó su leyenda. Dentro de dos semanas, en la Super Bowl, contra la defensa de los Eagles de Filadelfia, una de las más feroces de la liga, tendrá la posibilidad de ampliarla.
Una clasificación con polémica
La charla de máquina café ayer en EE.UU. se dedicaba casi tanto a la proeza de Patrick Mahomes como a la actuación de los árbitros. Los Bengals protestaron con fuerza que el colegiado principal decidiera repetir una jugada clave, ya en el último cuarto del partido y con todo por decidir.
Al parecer, hubo un problema con el cronómetro y uno de los árbitros trató de avisar al respecto. El estruendo de los seguidores en el estadio de Kansas City no permitió que se le escuchara, y los Chiefs pusieron la pelota en movimiento, sin que ningún árbitro lo parara. La jugada fue negativa para el equipo de Kansas y la posesión de la pelota iba a volver a estar en poder de los Bengals. Pero Ron Torbert, el colegiado principal, para sorpresa de todos, decidió anular la jugada. En la banda de los Bengals, su entrenador, Zac Taylor, perdía la cabeza. En la repetición de la jugada, los árbitros señalaron una falta de la defensa de Cincinatti que mantuvo la posesión para los Chiefs.
Otras decisiones arbitrales también fueron criticadas en redes sociales, como una conversión de primer ‘down’ rigurosa o como cuando los colegiales no consideraron que la línea de protección de Mahomes sujetó de forma ilegal a los defensores de los Bengals en la última jugada, la decisiva.
«Vergonzoso», «indignante», criticaban usuarios de redes sociales, dentro de una montaña de críticas contra los árbitros, ninguna desde Kansas City. «En la NFL están pitando tan mal como en la FIFA», proclamó alguien con sarcasmo.
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