Pádel

«Nuestro hijo se lo ha trabajado a pulso»

Matías Lebrón e Isabel Chincoa repasan en LA VOZ la vida del portuense Juan Lebrón, número uno en el ránking mundial del World Padel Tour

Isabel Chincoa y Matías Lebrón muestran un trofeo de su hijo Juan. Francis Jiménez

Antonio Valimaña

Juanito ya es Don Juan. Y por derecho propio. Desde la cúspide mundial del World Pádel Tour (WPT), Juan Lebrón Chincoa saborea durante esta semana un momento inolvidable. Y es que ser el número uno del pádel mundial , deporte al que ha dedicado su vida, no se consigue todos los días. Y son muy pocos los que pueden saborear este éxito. Tan pocos que es el primer español en conseguirlo.

Número uno del ránking mundial desde el pasado lunes con 10730 puntos, el 'Lobo' de El Puerto de Santa María se toma el acontecimiento con naturalidad, tal y como señaló estos días en 'EFE' durante la puesta en escena de la cita del WPT. «No suelo mirar el ránking» , asegura.

Una naturalidad que, más allá de la importancia del momento, no sorprende a los que lo conocen. Al fin y al cabo, este jugador de 184 centímetros de estatura que maneja el revés como nadie sigue siendo tan cercano como cuando se marchó a Madrid a los 16 años de edad en busca de un sueño: triunfar en el pádel.

Ahora, con el sevillano Paquito Navarro como compañero inseparable, forman una dupla de ensueño que se coronó la semana pasada en el Sao Paulo Pádel Open 2019. La quinta victoria de la temporada tras las conseguidas en Alicante, Jaén, Valladolid y Suecia. A estos éxitos se suman cuatro finales más del WPT 2019. Tremendo.

Deporte, deporte y deporte

Nacido el 30 de enero de 1995 en El Puerto de Santa María, la trayectoria de Juan Lebrón Chincoa siempre ha estado marcada por el deporte. Hijo de los sevillanos Matías Lebrón e Isabel Chincoa, Juan es el menor de tres hermanos y el único nacido en tierras portuenses, ya que Isabel y Manu ya habían llegado al mundo cuando la familia se traslada a Valdelagrana.

Desde Martín de la Jara, una pequeña localidad de la sierra sur hispalense, llegaron los Lebrón-Chincoa a la provincia gaditana. Su padre Matías, apasionado del deporte, había sido jugador y presente de la UD La Jara. Una pasión por el fútbol que heredó Manu, su hijo mayor, con una contrastada trayectoria deportiva y actualmente en las filas del CD Rota en el Grupo X de Tercera.

Al fútbol también pudo dedicarse Juanito, que comenzó a jugar al fútbol sala en el Colegio Guadalete y posteriormente militó en el CD San Marcos, quedándose a un paso de recalar en el CD SAFA San Luis. Fue entonces cuando tuvo que decidir entre el esférico y la pala de pádel y no lo dudo. La decisión, sin lugar a dudas, fue la acertada. El balompié le ayudaba a prepararse físicamente pero el pádel era su «debilidad» , la que siempre practica en Las Marías, donde se curtió al abrigo de Emilio Ramírez y Mauricio Grandes, entre otros.

Un amor por el deporte que siempre estuvo presente en la vida del actual número uno del ránking del WPT. «Con apenas tres años se lo llevaba su padre, que jugaba y juega al pádel, a La Isleta y al terminar su partido él se ponía con los 'raquetazos'. Con las luces apagadas y todo», apunta su madre al rememorar aquellas hazañas. Un momento que aprovecha la empleada del hogar para apostillar: «Con cinco años él se llevaba toda la tarde jugando con su perra. A la perra le faltaba hablar. Él le tiraba la pelota y la perra se la traía. Llegaba del colegio, soltaba la mochila y se llevaba horas jugando con ella».

Un gen competitivo que siempre estuvo presente en Juan. «Él es una máquina de hacer deporte . Le encantan todos los deportes. Lo he visto viendo partidos de hockey hierba y en los Juegos Olímpicos gozaba como nadie», recuerda Isabel.

Una lección de vida

«Juan siempre tuvo claro que su interés era el deporte. Su meta no era estudiar», asegura su padre Matías. Es más, tal y como apunta Isabel: «Me decían en el colegio que lo castigase con lo que más le gustaba, que era el pádel, pero jamás lo hicimos porque era su pasión. Mar Sepúlveda, la psicóloga del colegio, nos dijo que ni se nos ocurriera castigarlo con eso. Se veía que iba a ser deportista ».

Ambos, orgullosos de su hijo, lo tienen claro: «Sacamos como lección de vida que hay que saber tomar las decisiones en un momento determinado. Este niño estaba destinado a esto. Su vicio era entrenar y jugar partidos».

Constante y tozudo como pocos, a los 16 años tuvo claro que tenía que marcharse a Madrid en busca del éxito. «Me tengo que ir a Madrid porque tengo que ser jugador profesional de pádel», recuerda su madre. Fue justo antes de empezar el Bachillerato, que lo llevó a cabo en la capital de España.

A fin de cuentas, tal y como relata Óscar Lorenzo, su psicólogo deportivo y quien para él es su segundo padre: «Su misión en la vida era ésta . Para qué estudiar más si no tiene la cabeza centrada aquí ni allí. Hay que decidirse y apostar fuerte». Y la jugada fue redonda.

Héroe en El Puerto

Ahora todo se ve desde la distancia. Pese a ello, Juan Lebrón, que apenas puede volver a El Puerto debido al apretado calendario del WPT, jamás se olvida de los suyos. Apasionado de la familia y fiel a sus amigos de la infancia, 'El Lobo' nunca pierde la perspectiva.

«Sus amigos son los mismos de siempre. Van a verlo cuando juega campeonatos en ciudades cercanas e incluso guardan algunos de los trofeos que ha conseguido a lo largo de su carrera. Y es más, cuando está en El Puerto, que suele ser en Navidad, todos sus amigos están en esta casa. Las madres siempre lo dicen que si no saben ir a otro sitio que no sea casa de Lebrón. Cuando llega no salen de aquí», asegura emocionada Isabel.

De esta manera, el apoyo lo tendrá más que asegurado en El Puerto de Santa María cuando el WPT haga acto de presencia en la Plaza de Toros entre 2021 y 2023 . Llegará como héroe a una localidad en la que el pádel fue pionero y siempre estuvo a la orden del día. Ahora, que también es habitual verlo en muchos municipios, aquí brilla con más fuerza que nunca.

«Vivimos esta situación con alegría inmensa. Ver a Juan Lebrón, que ahora es número del mundo, en su tierra es lo máximo» , señala Isabel. Mientras, Matías añade: «Aquí ya se celebró en varias ocasiones. En la última de ellas, en 2013 en Puerto Sherry, Juan fue el campeón en Menores y participó como invitado en el Absoluto del WPT. Fue la primera vez que entró en cuadro y ahora llega como una auténtica figura».

Sin lugar a dudas, el mejor de los reconocimientos para un referente del pádel que no duda en asegurar que el planeta del que procede es El Puerto de Santa María. «Nosotros venimos de Martín de la Jara, un pueblo de Sevilla, y nuestros familiares nos dicen que el niño siempre dice que es de El Puerto. Pero qué hacemos nosotros. Él se siente muy portuense y lo lleva a gala. Es un gran orgullo para él» . Ha nacido una estrella.

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