Boxeo

Samuel Carmona, la sonrisa que se cuela entre los ochos mejores

El púgil español ha derrotado al irlandés Patrick Barnes (2-1) y avanza a los cuartos de final donde le espera el colombiano Martínez

Samuel Carmona (rojo) es proclamado vecendeor del combate frente a Patrick Barnes REUTERS
Álvaro G. Colmenero

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El púgil español Samuel Carmona se ha clasificado para los cuartos de final del peso minimosca (46-49 kilos) del campeonato de los Juegos de Río tras vencer al irlandés Patrick Barnes por decisión dividida. El canario se ha asegurado de esta manera el diploma olímpico y tendrá la oportunidad de colarse en las semifinales si vence a su próximo rival, el colombiano Yurberjen Herney Martínez al que se enfrentará el próximo miércoles a las 16.15 horas. Si sale vencedor de esa batalla, se asegurará el bronce, pues en el boxeo olímpico se otorgan dos preseas de este tipo.

El boxeador canario salió al estadio pisando fuerte . Con nervio, que no nervios. Con su característica sonrisa y el respeto por bandera realizó los saludos protocolarios y se fue hacia su esquina. Guiño a Rafael «Balita» Lozano , el seleccionador español que tanta confianza ha depositado en él, y a pelear. A buscar la gloria, que ganas le no faltan.

En el primer asalto Carmona dominó el centro del cuadrilátero y sus golpes eléctricos impactaron en el rostro del irlandés. Hubo un intercambio de latigazos, pero el púgil canario tomó bien tanto la distancia corta como la larga. Finta tras finta, buscaba el ángulo para percutir el mentón de Barnes, que también devolvía algunos cañoñazos. 10-9 para «El Patriarca» al final de los tres primeros minutos.

El veterano Barnes, doble medallista de bronce en Pekín 2008 y Londres 2012, era consciente de que se le estaba escapando el combate ante la explosividad y el hambre de Carmona. Y trató de remediarlo al sonar la campana que marcaba el inicio del segundo round. El canario se aseguró de que las manos de su rival no fueran decisivas. Que no le derribaran. Pero cierto es que el irlandés conectó más golpes en esta ocasión. No sin encajar algún que otro gancho del joven «Patriarca». Los jueces apuntaron el segundo parcial al irlandés 10-9 y dejaron toda la emoción de la batalla para el último asalto (19-19 en las cartulinas).

Al sonido del tercer «bong» Carmona sonrió , ajeno a todo potencial miedo escénico. Eso no va con él. Y enfiló a su adversario, agobiándole con combinaciones de golpes, consciente de que había que puntuar a los ojos de los jueces. Mucho trabajo detrás para que se le escapase uno de los favoritos a la medalla vivo. El irlandés trató de apurar su esfuerzo, pero sus golpes no entraban ante la muralla defensiva que fijó con sus brazos el púgil canario. Así se llegó al final del combate, y los jueces concedieron el tercer asalto a Carmona. Sonrisa de desparpajo y otro guiño al «Balita», consciente de que, a sus 20 años, acababa de dar una lección de boxeo, en horario infantil, a un veterano . Un escollo menos en su camino hacia el Olimpo.

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