Paralímpicos Río 2016
Alfonso Cabello consigue el bronce en el velódromo y la tercera medalla para España
El cordobés nació sin mano pero no dejó que aquello le frenara para alcanzar todo lo que se proponía. Fue oro en Londres y, cuatro años más tarde, vuelve a subir al podio
Era una de las medallas que estaban en las quinielas del equipo español, aunque se confiaba en que tendría más valor. Alfonso Cabello ha cumplido y en su disciplina se ha colgado la medalla de bronce, aunque es un metal que sabe a poco tras el oro de Londres y los mundiales obtenidos . Eso sí, se cuelta un nuevo metal marcando el récord paralímpico de su categoría.
Tenía buenas sensaciones desde la mañana. Sabía que el oro era muy difícil, pero la plata estaba ahí, pero se le escapó por tres décimas. El cordobés tenía que batir al británico Butterwoth, que le había arrebatado su récord de Londres instantes antes, para meterse entre los tres primeros y lo hizo. Salió muy fuerte y en los primeros 250 metros superaba en ocho décimas la marca . 0.239 al final. Suficiente para tocar metal.
Después tocaba esperar. La combinación de las categorías de C4 y C5, en la que él está enmarcado, le quitaba opciones de oro, pero también le arrebató la plata. El tiempo de los ciclistas de C4 era rebajado en dos segundos según llegaban a meta para compensar su discapacidad conforme a los C5. El eslovaco Josef Metelka se aprovechó de ello. El británico Jody Cundy ni siquiera lo necesitó y superó con creces el tiempo de Cabello en 21 milésimas (2.021 segundos, con el tiempo ponderado).
Tras recoger la medalla, el cordobés, que nació sin la mano izquierda, se mostró contento por una medalla que «sabe a oro». «He realizado mi mejor marca y cuando uno hace su mejor marca nunca puede estar descontento», indicó antes de reconocer que sí se le queda una espina clavada por no igualar el éxito de Londres.
No frenar ante los retos
Cabello nació son una mano, pero no fue nunca una razón para darse por vencido en nada. Siempre ha agradecido que no le trataran de diferente manera que al resto y eso le animó desde bien pequeño a luchar por sus sueños. Ese, quizás ha sido el secreto para llegar ser campeón paralímpico y campeón del mundo. Nunca se ha lamentado por lo ocurrido y siempre tuvo afición por los deportes, incluso esos en los que hay que usar las manos.
Tiene una motivación especial por superar retos. El que más le costó, atarse los cordones y, aunque muchos creían que nunca lo conseguiría, encontró la forma. Su prueba más importante para el futuro fue aprender a montar en bicicleta y a los seis años ya iba sobre primero sobre ruedines para después aparcarlos y pasarse a las dos ruedas, frenando solo con el freno trasero. Empezó a competir en BMX con niños sin discapacidad y vio que quedaba último, así que se puso el objetivo de superar aquello. Un año después ya ganaba carreras y desde entonces todo han sido éxitos. En Juegos, en Europeos, en Mundiales... y en la vida.
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