Río 2016 | Natación
Mireia entra en aguas conocidas
La catalana se clasifica con el mejor tiempo para las semifinales del 200 mariposa, donde fue plata en Londres
Obliga a trabajar tanto a su cuerpo que sólo le preocupa el descanso. En la medianoche del lunes, abandonó la piscina olímpica eliminada en la prueba de 200 estilos, la que peor le va. «Me he sentido rara, sin chispa. Es normal, no soy una velocista. Me costaba coger el ritmo de brazada. Pero me veo fuerte para las pruebas que vienen, que son las que mejor me van». Pese al tropiezo, se sentía entera. Con hombros para su desafío. Corrió a secarse, a cenar y a dormir para presentarse ayer en las series clasificatorias de los 200 mariposa, donde logró una de sus dos medallas de plata en Londres 2012. Y marcó el mejor tiempo, con 2.06.64, para entrar en las semifinales. Estaba recuperada.
«Esta semana es la más dura de estos cuatro años de preparación», resumió. Lo dice ella, que a diario inicia en ayunas su preparación: piscina, gimnasia, ciclismo, más piscina, estiramiento, psicólogo... Comer, dormir, sudar. Y a eso se añade en Río la escasez de horas de sueño. «Tras ganar la medalla de bronce me metí en la cama a las tres y pico de la mañana. Y me levanté a las diez para la siguiente prueba». Así es el carrusel de los Juegos. Lo asume. «Hay que adaptarse».
Esta pasada noche disputa las semifinales del 200 mariposa. La final tendrá lugar la próxima madrugada. «En esta prueba me siento muy cómoda nadando. Llego entera. Estoy bien, descansada. Confío en que me vaya bien. El primer día lo hice muy bien (ganó el bronce en 400 estilos) y hay que seguir así», confía.