Río 2016 | Baloncesto femenino
España asegura la plata y sueña con el oro
Vence a Serbia en semifinales y espera a Estados Unidos en la final
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Crónica
España estará en el podio olímpico. Oro o plata . Eso lo decidirá la final del sábado -previsiblemente ante Estados Unidos- en un encuentro que poco importa. Porque el objetivo para este equipo era llegar ahí. A la final. Asegurar una medalla que el baloncesto femenino español lleva años persiguiendo sin fortuna. Desde que irrumpieron en 2004 en los Juegos de manera legítima -la anterior fue como anfitrionas en Barcelona 92-, la canasta femenina no ha cejado en su empeño. Golpes y caídas y han hecho más fuerte a un grupo cuya esencia es la misma que la de los «Chicos de Oro» y que tiene en la alegría y el compromiso sus principales virtudes.
Hasta Río llegaban de nuevo golpeadas por la desgracia. La lesión de Sancho Lyttle a un mes de los Juegos trastocaba los planes y obligaba a una inyección extra de confianza y determinación. La mejor medicina para este equipo que siempre acaba levantándose. Lo hizo hace cuatro años, cuando se quedó fuera de los Juegos siendo una de las aspirantes a la medalla, y lo ha hecho ahora con la ausencia de Lyttle, la jugadora más determinante del equipo.
Ningún obstáculo es suficiente para esta selección, que ayer ante Serbia se olvidó de sufrir por primera vez en el torneo. El conjunto balcánico, una roca con la que ya chocó la selección en el estreno en los Juegos, notó ayer el cansancio acumulado tras su partido de cuartos contra Australia. Las oceánicas, la única alternativa real a Estados Unidos, sucumbieron de manera inexplicable ante Serbia, desfondada frente a la selección.
Nada quedaba de ese equipo duro que en el primer partido tuvo a España contra las cuerdas. Apoyada en un juego alegre y de contragolpe, la selección se metió en la final por la puerta grande. Al final del primer cuarto ya acumulaba una ventaja de once puntos (20-9) que llegó a ser de 19 en la segunda parte (65-46) . Trabajo cimentado en un gran acierto cerca de la pintura y con una defensa magnífica. Una muralla contra la que se estrelló una y otra vez Serbia, incapaz de superar la resistencia española. La distancia, holgada, no invitaba a la prudencia, pero España no jugó con el destino Mondelo pidió un tiempo muerto para evitar la remontada serbia y serenar los ánimos. La final estaba a la vuelta de la esquina. Había que dejar pasar el tiempo y esperar para agarrar un sueño que al fin se hizo realidad.