Río 2016 | Baloncesto
España se estrella contra sus límites
Derrota de la selección, que cae de nuevo contra los norteamericanos, en la semifinal olímpica, pese a los 23 puntos de Gasol. El domingo luchará por el bronce contra Australia
Crónica
España chocó de nuevo con sus límites. La única barrera que se le ha resistido en los últimos quince años. El «Dream Team» de turno , verdugo siempre a la hora de la verdad en los Juegos Olímpicos, volvió a ser el final de la selección que esta vez deberá luchar aún por el bronce el domingo ante el ganador del Serbia-Australia. La derrota, no por esperada, dolió menos. Porque luchó de nuevo la selección de tú a tú, pero perdió. Porque se dejó en el camino la última oportunidad del oro olímpico para Pau Gasol, Navarro o Felipe Reyes , los más veteranos del equipo, aquellos pioneros del éxito absoluto de la canasta nacional a principios de siglo XXI.
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Fue con ellos con los que España se quitó los complejos a la hora de medirse a los americanos. Les veían como mortales porque ya les habían derrotado en el Mundial júnior de 1999 . Desde entonces nunca más se repitió un triunfo con algo en juego. Tan solo una alegría frente a los americanos, la lograda en el Mundial 2002 por el quinto puesto. Bagatelas. Por eso, este viernes buscaba la eternidad. Redondear un ciclo de leyenda con un triunfo que se recordara siempre. Un límite que tendrá que esperar, al menos, otros cuatro años.
España cayó dando la cara. De frente. Como lo había hecho siempre contra Estados Unidos. Un encuentro pareja que no llegó a romperse nunca y en el que t ampoco tuvo nunca opciones reales de triunfo la selección. Siempre a una distancia salvable, pero sin poner en tensión al banquillo americano. Pau Gasol, renqueante durante toda la semana por unos problemas en el gemelo, lideró al equipo en el inicio. El pívot era el único sin dudas en un quinteto atenazado por la ocasión. Nervios que se traducían en pérdidas castigadas por Klay Thompson , el más acertado en un equipo americano que tampoco exhibía su mejor versión.
Eso alivió a España, que encontró en la segunda unidad un salvavidas. La entrada en el partido de Willy Hernangómez mitigó el gran problema de la selección, desangrada en esos compases iniciales por el rebote ofensivo El ex del Real Madrid, que ha ido a más durante el campeonato, equilibró el duelo (30-33, min. 15) que para entonces se había convertido en un ir y venir de técnicas sin sentido. Protestas normales en un partido de baloncesto, castigadas ayer para unos y otros. Sobrevivía España entre la guerra de tiros libres , manteniendo el sueño vivo al descanso, al que llegó con solo cinco puntos de desventaja (39-45).
El atasco general de España en ataque volvió a agudizarse. Pau era el único capaz de superar los brazos de DeAndré Jordan (4 tapones) y los puntos caían a cuentagotas para España, que empezó a ver como el choque se le hacía cuesta arriba con un mate del pívot que obligó a Scariolo a pedir tiempo muerto. (50-61, min. 27). Pidió un último arranque de orgullo el italiano, abusando ya de los minutos de Pau en pista, pero el esfuerzo fue estéril . No le dio a España más que para maquillar el resultado -fue el margen de derrota más estrecho ante Estados Unidos en unos Juegos- y darse un baño de realidad. Uno más, que confirma los limites de este equipo de leyenda que tiene ahora dos días para levantarse y luchar por su tercera medalla olímpica consecutiva . Un bronce que tendría sabor a oro. Un último premio olímpico para los que dieron inicio a esta aventura sin fin del baloncesto español.
Previa
El vestuario de España vive estos días de fiesta. El mal inicio ha dejado paso a las risas y las bromas, así que el duelo de esta tarde con Estados Unidos (20.30 horas) se afronta sin presión, aunque con el convencimiento de que se puede ganar . Como un último baile para los «Chicos de Oro» que, tras casi dos décadas de éxitos, pueden romper en estos Juegos la única barrera que no han conseguido batir aún: el oro olímpico.
Rudy Fernández es el «DJ» oficial de la selección de baloncesto. El encargado de ponerle banda sonora a los éxitos y a las derrotas de España. Celebrar los triunfos o levantar el ánimo. Tiene para todo en su librería musical. En la selección, donde siempre hay una «canción del verano», esta vez suena «Estopa». Un tema nuevo que habla de risas. De quitar hierro a los problemas. «No nos da la gana de ponernos serios», entonan a grito pelado en el autobús de vuelta a la Villa tras cada victoria. Un mantra que se ha repetido tras cada alegría en los Juegos y que quieren volver a cantar hoy tras derrotar a Estados Unidos.
El partido ante los americanos hay que afrontarlo así, sin «ponerse serio». Sin arrugar el ceño. A esta España de las gestas le va mejor cuando juega con alegría. Así lo ha hecho durante los últimos quince años, en los que ha tuteado al baloncesto mundial y en los que ha soñado con derrotar a Estados Unidos. Sólo lo consiguió una vez, en el Mundial 2002, en un partido insulso en el que solo había un quinto puesto en juego.
Por eso, superar a los americanos de la NBA se ha convertido en el último reto de los «Chicos de Oro», cuya jubilación se acerca sin remisión. Estos días en Río, los españoles han visto cómo Ginobili, Nocioni o Scola decían adiós con una derrota; cómo Parker se marchaba por la puerta de atrás de su selección, y por eso Navarro , Reyes y compañía, aún con algún campeonato por delante, quieren despedirse de los Juegos con una sonrisa.
La más grande sería derrotar por fin a Estados Unidos en esta final anticipada que no tiene premio directo como sí ocurría en Pekín o en Londres. No hay plata asegurada para el perdedor, que deberá buscar consuelo en un duelo por el bronce. «Me gustaría que fuera la final, pero no lo es. Lo que está claro es que será un encuentro complicado. Estoy emocionado por poder jugar ese partido y luchar por una medalla contra España», asegura Kyrie Irving , el escudero de LeBron James en los Cavaliers, con los que ganó este año el anillo de campeón.
El base es una de las piezas clave de un equipo al que le faltan muchas de sus estrellas. El propio LeBron o Stephen Curry se bajaron de los Juegos tras una temporada muy larga, pero aun así la selección americana es un equipo magnífico. Brilla por encima del resto Kevin Durant, aunque hay más. Carmelo Anthony, Klay Thompson, DeMarcus Cousins, Paul George, Jimmy Butler... todos estrellas de la NBA, capaces de romper el encuentro en cualquier momento. Pese a todo, este no es un equipo inabarcable. Se ha visto en la primera fase, en la que Serbia, Australia y Francia tuvieron sus opciones para derrotarles. «Los tres partidos ajustados de la primera fase nos mostraron algunas de nuestras debilidades y han sido beneficiosos para nosotros», reconoce Mike Krzyzewski , el técnico estadounidense, que espera otro «gran partido ante España, como los vividos en Juegos anteriores».
Sin despistes
Para hacerles frente, España tendrá que salir muy concentrada, evitando los despistes de la primera fase, que ante los americanos son peligro de muerte. «Tenemos que jugar con mucha cabeza el partido. Cuando cogen ventaja son un equipo muy difícil de remontar. Si hacemos un encuentro listo y aprovechamos su nerviosismo al final, podemos ganar», aventuraba ayer Juan Carlos Navarro , uno de los que ya sabe lo que es poner contra las cuerdas de los americanos en unos Juegos. Fue así en las dos últimas finales olímpicas, en las que a España le faltó una pizca de fortuna para haber dado la sorpresa. «¿Por qué no ahora? Si ha habido equipos que han estado a punto, como Francia o Australia, nosotros también podemos», afirmaba el capitán de la selección.
Hace tiempo que España desmitificó al equipo americano. Atrás quedan los complejos con los que se vivía este duelo en otras épocas, como en la plata de Los Ángeles o en los Juegos de Barcelona 92 ante el «Dream Team». La llegada de los «Chicos de Oro», campeones del Mundial júnior en 1999 tras derrotar a Estados Unidos en la final, igualó la confianza con la que desde entonces se afrontan estos retos. «No les tenemos miedo y ellos seguro que nos tienen respeto por cómo han ido los últimos partidos, así que intentaremos dar la sorpresa», afirmaba Felipe Reyes , que a sus 36 años sueña con esta última fiesta con sus amigos de cada verano. Los «Júnior de Oro». Pau Gasol , Calderón, Navarro y los que han ido llegando después. Un triunfo por los que están y por los que han ido pasando a lo largo de los años para hacer historia para el baloncesto español.