Río 2016

Sugoi Uriarte y Laura Gómez, en el amor y en las espinas

Los judocas disfrutan de sus primeros Juegos juntos y hoy se estrenan en la competición con ganas de borar las decepciones de Londres

Laura Gómez y Sugoi Uriarte ABC
Laura Marta

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En su casa pocas veces se descansa del judo. Ambos lo practican desde bien jóvenes y fue su amor mutuo por el deporte el que también los unió fuera de la pista. Son Sugoi Uriarte y Laura Gómez , vitoriano y valenciana, frialdad y emoción, y hoy olímpicos en Río 2016. Lo que una el judo, que no lo separen los Juegos. Aunque en el camino hayan surgido espinas. Londres fue una de ellas, para los dos. Ya eran pareja, pero Sugoi compitió sin su otra mitad . Laura no entró en la lista. Un momento duro del que la valenciana se levantó más fuerte. A su lado, una madre y un abuelo judocas, un padre entrenador de su marido y presidente de la Federación Valenciana y una abuela que evita ver cualquier combate, pero que cuida al detalle la paella con la que agasaja a su nieta. Y, por supuesto, el apoyo incondicional del vitoriano, consciente más que ninguno de la dificultad de conseguir un billete para unos Juegos y la decepción que supone no lograrlo.

Lejos de abandonar, Laura se empleó a fondo por recuperar lo que creía suyo, un puesto en la siguiente cita olímpica. Después de un tropiezo como este, a muchos deportistas se les hace largo otro ciclo olímpico y surgen las dudas de si merece la pena continuar. Serían ocho años luchando por un puesto . Pero rendirse no fue una opción para la valenciana. Recuperó la fortaleza y las ganas, apoyada siempre en la confianza de Sugoi, en la capacidad de ambos para concentrarse en la meta y no desviarse del camino, aunque la frustración aflorara de vez en cuando o el hambre amenazara la cordialidad cuando llega la hora de pasar por la báscula .

Porque el tatami londinense escondía otro duro golpe para la pareja. Sugoi cedió a los puntos el combate que otorgaba el pase a las medallas contra el surcoreano Jen-Ho Cho. Podría haber sido la primera medalla para la delegación española en Londres, pero los jueces le concedieron la victoria a su oponente. Para siempre, la amargura, las lágrimas y la imagen de su rostro desencajado . Lo apodan «el hombre de hielo», pero en esa ocasión lo fue un poco menos. No pudo reprimir el llanto. Se perdía una oportunidad de ofrecerle una medalla a su madre, Carmen, fallecida por un cáncer en 2011. Ella crió sola a sus cuatro hijos, Eriz, Maier, Gar y Sugoi, a quien llevó de la mano a su primera clase de judo cuando tenía cinco años. « Lo único que me hará olvidar lo de Londres será un podio aqu í. He mejorado algunas cosas, llego muy bien y soy un rival duro. Por la edad a lo mejor no me tienen tan en cuenta como en 2012, pero me encuentro muy bien física y mentalmente. Me apoyo mucho en el trabajo mental y en eso soy bueno. Hay un nivel de la leche, pero vengo con estas aspiraciones. Si vas solo a por el aprobado, suspendes seguro. El combate no lo he vuelto a ver . No tengo ninguna necesidad. Por desgracia no lo olvido», se expresa serio el judoca, de 32 años.

Judo por todas partes

Bien sabe Laura lo duro que fue esa derrota. Pues como si fuera propia la vivió. Igual que cuando Julia Figueroa , su amiga del alma, cedió ayer. «Ha tenido sus oportunidades, pero... buff, fatal. Una mierda, perdona, pero no me sale más», expresaba para ABC con la voz rota. A pesar de las frustraciones que el judo les ha dado, también les ha reportado grandes alegrías. Hoy quieren dar una más al país, pero la primera fue conocerse. En un torneo cuando eran adolescentes. Y unir para siempre sus vidas con el tatami como testigo. «No es fácil desconectar del judo en casa. Nuestra familia y la mayoría de amigos son judocas o están relacionado con el judo», se ríe Sugoi.

Muchos de ellos acudieron a la boda que celebraron en noviembre de 2012. El primer matrimonio español olímpico. Hoy están en Río, una luna de miel olímpica en la que la alegría se multiplica por fin por dos. « Ha sido nuestro sueño. Lo hemos conseguido juntos . Todo lo que venga ahora será bienvenido». Disfrutan de la última planta del edificio 27 de la Villa, con unas vistas espectaculares. Pero hoy nada de eso importa y las energías se concentrarán en el Carioca Arena 2. Superar la tristeza por Figueroa y vencer por ella y por todos los que los han llevado hasta aquí. «No son cuatro años esperando este momento, es toda la vida, desde que mi madre me apuntara a judo con cinco años. Londres lo disfruté de una manera, y estos de otra. La primera es la novedad, los segundos espero que sea el resultado». ¿Qué les da el judo? « Todo en la vida es un combate. Si te duermes, te levantan el sitio , el trabajo o el podio. Hay que estar preparado para cualquier situación. Te da tablas para afrontar los problemas». Como en la vida Laura y Sugoi se han adaptado el uno al otro. El judo, el talismán que los unió. La medalla, el antídoto para sus espinas.

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