Río 2016 | Baloncesto
España se asoma al abismo
Segunda derrota de la selección, que cae ante Brasil y se complica su pase a cuartos de final
Crónica
El Arena Carioca es un pabellón coqueto. Pequeño para lo que suele verse en los grandes torneos mundiales. Es una de las pocas instalaciones que quedarán para la posteridad en Río, ya que buena parte de las infraestructuras de estos Juegos serán desmontadas tras la cita paralímpica del próximo mes. Dentro, la acústica se cuela entre los huesos y convierte la grada en un megáfono gigante . Esa era una de las preocupaciones de Scariolo antes del partido, aunque en cuanto el balón se lanzó al aire el italiano se dio cuenta de que los problemas más importantes siguen estando en su propio vestuario.
España es un equipo blando y sin confianza. Tímido. Un conjunto que mira a canasta a duras penas y sin convencimiento. La debilidad defensiva lastró ayer también a la selección, cuyo inicio irregular le condenó a ir a remolque durante muchos minutos. El exazulgrana Huertas, ahora secundario en la NBA, revivió sus mejores días para manejar los hilos de Brasil, una selección menor que se subió a la chepa de España con muy poco. Marquinhos era el ejecutor del plan de Magnano, el único argentino al que se rinde pleitesía en Brasil. El técnico tenía muy estudiada a España y blindó los alrededores del aro para evitar que Pau se paseara por allí. Optó por sacrificar el perímetro, confiando en que la puntería de España siguiera igual que ante Croacia y la jugada le salió bien (18-10, min. 9).
Cada canasta de la selección era un triunfo y los puntos llegaban a cuentagotas. Ricky, para el que la canasta se ha convertido casi en un enemigo, ni se molesta ya en atacar el aro, lo que provoca un embudo en el ataque nacional. Ayer, con Pau excesivamente vigilado, fue Felipe Reyes el que asumió el mando bajo los aros . La entrada del madridista equilibró la batalla en la pintura y permitió que España despertara de su letargo. Lo hizo de la mano de Sergio Rodríguez y su ritmo alegre. Una de las pocas buenas noticias de la selección. Un salvavidas con el que se fue achicando el agua. La remontada, lenta, se consumó mediado el segundo cuarto (25-24, min. 14), pero fue fugaz, porque un parcial final de 7-0 le dio ventaja a Brasil antes del descanso (31-34).
Las dudas reaparecieron en la reanudación con más fuerza. La línea de tiros libres era por entonces la única aliada de la selección -aunque después se convertiría en su condena-, que veía cómo Brasil aumentada la distancia hasta hacerla casi inabarcable al inicio del último cuarto (45-56). Once puntos de los que pendían buena parte de los sueños olímpicos del baloncesto español.
Era el momento de sacar el carácter. El orgullo de campeón. Scariolo ordenó una zona que palió los problemas en defensa y en ataque volvió el juego vertiginoso con Llull y Sergio Rodriguez removiendo los cimientos brasileños. El triple, el agujero negro del torneo, se tornó de repente en el mejor aliado . Fuera miedos. Tras haber anotado un tiro de tres en doce intentos, la selección sumó cuatro en el último período y llegó al último minuto por delante (65-63). Dos puntos que eran un tesoro y que, como ocurrió ante Croacia, se esfumaron por una mala gestión de los segundos finales. Dos tiros libres fallados por Pau -5 de 12 ayer en esa estadística- le dieron vida a los locales, que se pusieron por delante con un heroico palmeo de Marquinhos. Restaban cinco segundos, pero no hubo milagro. El lanzamiento final de Llull ni siquiera tocó aro y obliga a España a no despistarse más en lo que le queda para no decir adiós a Río a las primeras de cambio.
Previa
Había caras largas en los jugadores de la selección tras caer ante Croacia en su estreno en los Juegos (72-70) . La derrota era algo que entraba en los planes menos optimistas del equipo, pero no la forma en la que se produjo. Desperdiciando una ventaja de catorce puntos en el tercer cuarto y dando la sensación de que sin Pau en pista no hay plan alternativo. El paso por la ducha resultó balsámico y los rostros de preocupación se camuflaron tras una máscara. La coraza a la que se ha acostumbrado torneo tras torneo este equipo de malos principios y excepcionales finales que merece el beneficio de la duda, pero que necesita mejorar de manera urgente varios aspectos si quiere mantener vivo el sueño de la tercera medalla consecutiva.
Sobrevivir sin Pau
España dominó con cierta holgura el encuentro mientras el pívot estuvo en la cancha. Ventajas superiores a los diez puntos que se encogían cuando Pau necesitaba resuello. El partido se convirtió en un acordeón donde Croacia se sintió más cómoda, sobre todo en los minutos finales. Esa dependencia de Gasol hace previsible el ataque español. La anotación de España se repartió solo entre seis jugadores -contando el solitario punto de Claver desde la línea de libres-. Una sequía inédita que debe cambiar para mirar al futuro con optimismo. Jugadores como Rudy Fernández o Ricky Rubio, que ayer se quedaron sin anotar, tienen que dar un paso adelante.
La aportación del banquillo
Sólo 16 puntos de la selección llegaron desde el banquillo. Los diez de Sergio Rodríguez , cinco de Felipe Reyes y el mencionado tiro libre de Claver . Para un equipo de élite como el español, en cuyo banquillo están algunos de los mejores jugadores de Europa, esto no puede ser la tónica habitual. «No hay duda de que tenemos que mantener un rendimiento bueno con continuidad. La cuestión es tener una cohesión de equipo que aún no tenemos. Nos falta seguridad y hay que elevar la concentración general de cada uno», reconoce Scariolo, que terminó descontento con el rendimiento de muchos de sus jugadores. El italiano piensa que una derrota puede ayudar a mejorar esos aspectos, que es algo que ha sucedido casi siempre en el pasado y que es la tesis que maneja la mayoría dentro del vestuario. «Ya hemos empezado otros campeonatos perdiendo y sabemos cuál es el camino», asume Sergio Rodríguez.
Acierto en el tiro exterior
La baja de Marc Gasol convertía a España en un equipo diferente. Solo un jugador tan especial como el pívot de los Grizzlies puede hacer variar tanto el estilo de un conjunto «Sin Marc somos un equipo ligero, pequeño y eso vuelca mas nuestro juego hacia el exterior», explicaba antes del torneo Sergio Scariolo. Para convertir esa fórmula en exitosa, España necesita que su juego en el perímetro sea más efectivo. Ante Croacia apenas se anotaron once triples de 32 intentos . Un bajo porcentaje, alarmante en jugadores habitualmente seguros como Rudy Fernández, Llull, Navarro o Ricky Rubio (1 de 12 entre ellos cuatro). Sólo Mirotic y Gasol, los dos hombres interiores, estuvieron bien en esa faceta (7 triples entre ambos), lo que obliga a una reflexión rápida. Abrines y Calderón, dos buenos tiradores, no tuvieron participación por decisión técnica.
Poco rodaje físico
Pau Gasol apenas ha podido entrenar durante tres semanas con el equipo por culpa de los seguros de la NBA y eso se nota. La idea de Scariolo era no forzarle mucho en estos primeros partidos para que fuera poco a poco encontrando su ritmo de competición y crecer con los partidos. Un plan que se fue al traste por el resultado. Al catalán, que dominó la pintura durante tres cuartos, se le notó cansado al final y no fue el hombre decisivo de otros campeonatos. La falta de fuelle se le notó en esos minutos finales. Habrá que ver cuánto tarda en ponerse a tono, pero no es el único. La intermitencia física de Rudy Fernández o Navarro provoca dudas en la línea exterior, aunque el balear se partió la cara defensivamente durante la media que estuvo en la cancha.
Calendario complicado
España se medirá hoy a Brasil (19.15 hora española) en un partido que se antoja clave para la clasificación. El anfitrión volverá a testar el nivel español y será testigo de esa reacción que todos proclaman ya desde el vestuario español. Será un duelo complicado por la presión ambiental y la fortaleza interior del conjunto anfitrión.
Sin apenas descanso, España se medirá en los próximos días a Lituania -que le ha ganado dos veces durante la preparación- y Argentina , que quiere volver a brillar en estos Juegos con un equipo plagado de calidad. Entre medias, Nigeria aparece como el único rival asequible de una España que debe mejorar para llegar al podio.