Río 2016 | Bádminton

Carolina Marín solo piensa en oro

La española aterriza en Río mentalizada en completar la hazaña de subir a lo más alto del podio

Carolina Marín, en un entrenamiento en Río EFE
Laura Marta

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No firma otra medalla. Es el oro. El convencimiento es máximo, pero no son solo palabras e ilusiones. Es trabajo. Se ha esforzado hasta las lágrimas para visualizarse en el podio, no en un sueño sino de verdad. Se ha ido creyendo el mensaje en todo el ciclo olímpico, por sus victorias y sus logros. Y lo ha tatuado en la conciencia en estos dos últimos meses en los que su vida ha sido más un infierno que una preparación para sus segundos Juegos.

Nada queda de aquella Carolina Marín que se presentó tímida en Londres 2012 y perdió en su primer partido. La que aterrizó el martes en Río desafía lo imposible porque cree en que va a hacerlo posible. «Llego muy bien preparada. El equipo y yo sabemos lo duro que hemos trabajado en estos dos meses para conseguir una medalla, y si es la de oro, mejor, porque no firmo ninguna otra. ¿La rival más fuerte? Soy yo misma », expuso en su llegada a la Villa Olímpica. Una declaración de intenciones de quien ha estudiado el más mínimo detalle de sus contrincantes y de sí misma. Nada ha dejado al azar en su preparación. Todo ha sido medido, controlado y analizado.

Marín y su equipo crearon una estrategia que englobaba cada matiz del bádminton, tanto en juego como en actitud: psicología deportiva, lenguaje corporal, ejercicios físicos, tácticos y todas las innovaciones de bádminton o de cualquier otro deporte que ayudaran al propósito establecido. La pista en la que se ha entrenado este tiempo en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid se decoró con fotos de la protagonista en diferentes actitudes y con mensajes positivos: «Puedo porque pienso que puedo», colgado en un lateral de la red, o una foto de un podio con la frase «Decide dónde quieres estar». El plan de interiorizar el oro afecta a Marín, y a todo el equipo, pues hasta se hicieron camisetas con el lema de la onubense: «calma, alegría, fuerza».

En el interior de su cabeza ha trabajado Juan Carlos Campillo desde principios de año. El preparador mental, que también colabora con Julen Lopetegui, ha moldeado sus aspiraciones y sus herramientas mentales para afrontar cualquier situación . Su entrenador y cerebro de su éxito, Fernando Rivas, y el resto del equipo le han proporcionado los recursos necesarios para estar preparada para cualquier circunstancia, para que nada la sorprenda cuando llegue la competición.

Por eso se ha entrenado con ventiladores en la pista, por si en alguna ocasión se enfrentaba a corrientes de aire. Ha dormido con una cámara de hipoxia en su habitación para hacer creer a su cuerpo que competía en altura y esté preparado para cuando deba afrontar partidos largos y exigentes. Entre ejercicio y ejercicio se recuperaba en una cámara con un 90 % de humedad en la que conseguía mantener su cuerpo al límite . Ha pasado horas viendo a las contrincantes y analizándolas al milímetro. Hasta se ha entrenado el lenguaje corporal y la mirada para intimidar a las rivales. Un complejo proyecto de trabajo con el que la onubense se planta hoy en la pista de Riocentro, donde debuta contra la finlandesa Nanna Vainio (16.55h). El primer paso de su plan maestro por el oro.

«Son los pequeños detalles los que marcan la diferencia. He mejorado en todos los aspectos, pero no quiero desvelarlos. El secreto se verá en la pista cuando empiece a jugar», señalaba la jugadora en su presentación. «Llega en el mejor momento de su vida», expresaba Rivas. «He llegado a llorar en los entrenamientos», confesaba la onubense. El objetivo dorado lo exige todo de ella. Y esta nueva Carolina está dispuesta a entregarlo.

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