Atletismo
Eusebio Cáceres, a tres centímetros del bronce
El de Onil ha acariciado la tercera plaza en la final de longitud, pero el griego Tentoglou, campeón con su último salto, le ha relegado a la cuarta
Durante unos minutos, los que han ido entre su salto y el de Miltiadis Tenteglou, Eusebio Cáceres ha estado en el podio olímpico. En uno de las finales de longitud más emocionantes de los últimos tiempos, el saltador de Onil ha enganchado un último salto de 8,18 metros que superaba al estadounidense Harrison y le colocaba tercero, todo un logro para un saltador siempre competitivo pese a una trayectoria marcada por los problemas físicos. Quedaban por saltar Harrison, que ha fallado, y el griego, que llevaba un concurso cruzado. Pero a un saltador de su clase siempre hay que temerle, y por desgracia para Cáceres, Tentoglou ha hecho un salto de oro. Se ha ido a 8,41, la misma marca que tenía desde el inicio Echevarría, y se ha proclamado campeón olímpico por su segunda mejor marca. Cáceres, que se había ido a un rincón junto al pasillo de saltos a esperar acontecimientos, ha asistido resignado a la explosión de júbilo del griego. Para él era el cuarto puesto, la clásica medalla de chocolate que pese a todo, es un gran resultado para Cáceres, hoy en su versión más competitiva.
Porque después de pasar a la final con un mejor resultado de 7,98, el de Onil ha estado siempre metido en el concurso. Ha empezado con un 7,96 que le ha servido para asentarse en las primeras plazas y para ganar confianza, en una competición matinal donde siempre cuesta más entrar en calor y donde a priori las marcas se resienten.
A Juan Miguel Echevarría eso le da igual. Tras un salto de tanteo sobre 8,09 y un nulo, se ha ido hasta los 8,41 en el tercero, una marca que parecía poner ya el nombre a la medalla de oro. Pero el resto de competidores se han ido igualando en la pelea por el podio, y a ella también se ha sumado Eusebio Cáceres. En el segundo intento ya ha logrado un 8.09 que le dejaba muy bien posicionado en la final de cara a los intentos decisivos. El cubano Masso hacía 8,21, destacándose ligeramente, mientras el resto de aspirantes se situaban entre el 8,15 y el 8.09.
Llegaba la hora de la verdad. Y el primer golpe de efecto. La pareja cubana, los dos primeros clasificados , se lesionaban y tenían que ver las últimas rondas sin poder saltar. En el quinto intento, todavía más igualdad. Tentoglou y Harrison saltaban 8,15 y Cáceres 8,12. A solo tres centímetros del sueño, en la quinta plaza.,
La última ronda ha sido preciosa de ver para el aficionado, pero angustiosa para los competidores. A los rostros de tensión de la pareja cubana por no poder saltar se le añadía el del saltador de turno, sabiendo que enganchar el salto del día significaba un puesto en el podio. Lo ha tenido el sueco Montler, que se ha ido lejísimos pero ha hecho nulo por centímetro y medio. Ha llegado el turno de Cáceres y el de Onil ha desplegado su clase con un fantástico 8,18 que le llevaba al podio. Quedaba Harrison, que ha fallado. Y Tentoglou. Pero su salto ha sido inalcanzable. Un 8,41 que llevaba el oro a Grecia. Echevarría, lesionado, lo ha intentado pero no ha podido. Ha besado el suelo y ha dado las gracias por la plata. Cáceres ni eso. Al menos ha podido dar las gracias por un fantástico concurso que, tal y como ha dicho después, le llena de "motivación" de cara al futuro. «Salgo de aquí motivado para el día de mañana, pero no solo para los próximos Juegos, están los mundiales, los europeos... estoy contento», ha admitido.
«Han sido mejores»
Su resumen de lo sucedido en la final es muy sencillo. «Han sido mejores que yo, he dado todo lo que tenía, me he encontrado bien físicamente y esto me encanta, me encanta competir . Así que me voy contento y motivado, porque sé que tengo muchísimo todavía que dar, soy muy cabezón, y hay que seguir trabajando porque saldrá, estoy seguro».
En la otra final matinal, Jasmine Camacho-Quinn ha ganado el duelo de 100 metros vallas a la estadounidense Kendra Harrison con notable autoridad. La puertorriqueña ha marcado 13.37 -ayer en semifinales hizo el récord olímpico con 13.26-, mientras su gran rival se ha quedado en 13.52. Megan Tapper, la jamaicana, ha completado el podio con 13.55.