Caos organizativo en la final de la Liga de Campeones

Una marea roja asalta las vallas del estadio de Saint Denis. Son hinchas del Liverpool. La mayoría están sin entrada. Previamente, ya habían superado los primeros anillos de seguridad y ahora logran colarse en un estadio al que se suponía blindado por los protocolos de seguridad de la UEFA. A los 20.000 hinchas ingleses con entrada, se habían unido otros 40.000 sin ellas, o con falsas. La lectura de estas últimas provoca un colapso en los tornos obligando a cerrar los accesos. La policía francesa, que también ha tenido que intervenir para detener a carteristas locales, persigue por el recinto a los infiltrados, logrando sacar a algunos de ellos. Hay cargas y uso de gas pimienta. Pero numerosos aficionados con entrada pagan el pato. El caos obliga a retrasar media hora un partido cuyo desenlace hurgó en los ánimos de la hinchada inglesa. A su término, se repiten los incidentes y las cargas policiales. Los disturbios en torno al principal recinto de los próximos Juegos Olímpicos se han saldado con decenas de detenidos y 170 heridos leves.