Alpinismo

La increíble hazaña de Urubko: tres ochomiles en diez días

El alpinista ruso alcanza la cima del K2 e iguala el récord histórico de ascensiones de Juanito Oiarzábal

El K2, convertido en atracción turística

Urubko, en una imagen de archivo camino de la cima del K2 AFP
Emilio V. Escudero

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En una época en la que los campos base de las grandes montañas del Karakórum están copados de turistas que buscan tocar el cielo a golpe de talón y oxígeno embotellado, historias como las de Denis Urubko ponen de relieve el alpinismo más puro. El que busca la cumbre sin artificios ni ayudas externas. La lucha del hombre con la montaña. Ascensos que son historia del alpinismo mundial y que contrastan estos días con las imágenes de atascos en la parte alta del K2.

Esa misma ruta que hace 48 horas lucía atestada de aspirantes a su cima se convirtió hoy en el improvisado lugar de celebración para Urubko, que festejó en solitario su cumpleaños número 49 en el segundo punto más alto del planeta. Los 8.611 metros amanecían entonces desiertos, demasiado pronto para que los turistas llegaran hasta allí. Una cumbre que no es una más para el ruso, pues iguala con ella los 26 ochomiles de Juanito Oiarzábal y aspira a superar al español en los próximos días, en los que podría lanzarse al asalto de su cuarto ochomil en apenas unos días.

Urubko, que hace dos años se retiró temporalmente hastiado del panorama que rodeaba a este deporte, decidió regresar a la actividad hace solo unos meses con un proyecto que va camino de ser histórico. Con permiso para el ascenso en cuatro de los cinco colosos de Pakistán, el ruso ha subido tres de ellos en solo diez días y apunta ahora al Gasherbrum I antes de terminar el verano. Si lo consigue, se convertiría en el alpinista con más ochomiles de la historia. Una leyenda, aunque ya lo es.

La ascensión de Denis al K2 es una hazaña en sí misma. No solo por acumular el cansancio de los dos ascensos anteriores al Broad Peak y el Gasherbrum II en apenas una semana, sino por la forma en la que lo ha llevado a cabo. Realizó en solitario toda la travesía entre el campo base del los Gasherbrums y el K2 con todo el material a su espalda y ni siquiera paró en la base del segundo coloco más alto del mundo. Continuó su ascenso para descansar unas horas en el campo base avanzado. Desde allí, aún de madrugada, partió hacia los campos en altura y a media tarde del día 28 de julio ya estaba en el C2, aunque ni siquiera ahí frenó su ímpetu. Continuó en solitario hacia la cumbre, que alcanzó finalmente unas horas después tras haber descansado en solitario en el C4, por encima de 8.000 metros. La zona de la muerte.

Un ascenso exprés que se suma al que llevó a cabo en el Broad Peak (8.051) y en el Gasherbrum II (8.035), en los que tardó alrededor de 15 horas en cada uno. Ahora, el ruso mira hacia el 'Hidden Peak', como se conoce coloquialmente al otro coloso (Gasherbrum I) situado en su radio de acción. 8.080 metros que le separan ahora de la historia del alpinismo en la que, pase lo que pase, su nombre ya forma parte con letras de oro.

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