Real Madrid - Atlético
«Nada nuevo en el Bernabéu»: de los ultras al irónico tuit del Atlético
Dentro del estadio la grada madridista sólo se encendió en los minutos finales. La cuenta oficial del Atlético tiró de retranca arbitral
El Atlético le da la puntilla al Madrid
El uno x uno del Real Madrid - Atlético: Álvaro Rodríguez y Giménez exhiben su poderío aéreo
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Ambiente de partido grande en los aledaños del Santiago Bernabéu. En la calle Marceliano Santa María apenas se podía pasar. Los ultras del Real Madrid ocupaban el centro de la vía escenificando su teatrillo. Decenas de ellos sostenían lonas con la figura del mítico Wally, pero con un gorrito blanco y morado y abrazado a una Copa de Europa. Entre medias de todos estos Wallys madridistas, el típico Wally, con su gorro y su camiseta rojiblanca, pero con lágrimas en los ojos y sin Copa de Europa. Y delante de la congregación una pancarta con la pregunta «¿Dónde está Wally?».
Subido en un alto, uno de los ultras arenga al grupo, con la cara tapada con un pasamontañas. Abajo otro inicia los cánticos con un megáfono. A los lados, chicos y chicas muy jóvenes encaramados a varios vehículos. Hasta cinco o seis se podían contar encima del techo de un coche, de pie, dando botes. Unos metros más allá una veintena de agentes de Policía flanquean la escena, de espaldas a ella, como si no fuera con ellos. El paisaje recuerda a tiempos pretéritos que algunos creían que habían pasado a mejor vida, pero los cánticos no engañan. «¡Ultras Sur, Ultras Sur!», corean muchos con el brazo derecho extendido en alto. «No podrán acabar con los ultras del Real», cantan después, en una tonadilla a la que se suman muchos de los presentes. Y por supuesto, mensajes al vecino. De los típicos «puto indio el que no bote» o «indios no, hijos de puta, indios no», a otros todavía más políticamente incorrectos: «Hay mucho maricón en el Calderón». Tampoco falta el habitual recuerdo al entrenador rival: «Ole, ole, ole, cornudo Simeone».
Dentro del estadio no están estos ultras, al menos no como grupo, ni de forma visible. La voz cantante hace años la lleva la grada de animación, que despliega una enorme lona con la imagen de Amancio, de futbolista, y sobre el lema «Héroe madridista». El legendario jugador del Real Madrid recibe un homenaje antes del comienzo del partido.
Pero según se inicia el encuentro, la grada de animación también tiene preparado su repertorio para el rival de la capital: «Indios decidme qué se siente, haber perdido la final». Del lado rojiblanco no hay réplica, ya que apenas hay desplazados una veintena de aficionados colchoneros en lo más alto del Fondo Norte, a los que apenas se oye. El Frente Atlético no está presente, como tampoco lo estuvo en el derbi de Copa de hace un mes como protesta por el elevado precio de las entradas.
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La primera parte transcurre anodina y el público tampoco se engancha. Es en el segundo acto cuando empiezan a despertar, primero con mensajes de apoyo a Nacho: «¡Nacho quédate» o «¡Es de los nuestros, Nacho es de los nuestros!». Alrededor del minuto 60, tras una falta en ataque señalada al Real Madrid, la grada de animación blanca se enfada y se acuerda de la polémica de los últimos días: «¡Corrupción en la Federación!». A lo que después añaden un «¡Qué malo eres, Manzano qué malo eres!».
Y minutos después, Gil Manzano toma una decisión que alegra a la parroquia local: roja directa para Correa por un codazo a Rudiger. «¡Tonto, tonto!», le dedica el público. Y vuelven los cánticos contra el Atlético, esta vez secundados por más sectores de la grada: «Indios, decidme qué se siente» o «¡Eterno segundón!».
A falta de 20 minutos entra al campo Morata, foco de las iras de la hinchada local en el partido de Copa, al que corearon «rata, rata». Esta vez sólo es recibido con una fuerte pitada. Y con el gol de Giménez la grada intenta levantar a los suyos y suben los decibelios sobre todo con un zurdazo de Camavinga que repele Oblak. El empate del chaval del Castilla, Álvaro, termina por encender a la grada: «¡Vamos Real, vamos Real!»; «Cómo no te voy a querer».
Al final, reparto de puntos sobre el césped y la grada que se marchó resignada, en silencio, y con el himno del Real Madrid como único sonido palpable. Al finalizar, sí se pudo escuchar a la veintena de aficionados rojiblancos celebrar el empate al grito de «¡Atleti, Atleti!».
Nada nuevo en el Bernabéu.
— Atlético de Madrid (@Atleti) February 25, 2023
Y cinco minutos después, mensaje de resignación, sorna o ironía por parte del Atlético de Madrid. Que volvió a mostrar su frustración con un segundo mensaje en Twitter:
Así está la pierna de nuestro 'agresor'.
— Atlético de Madrid (@Atleti) February 25, 2023
Seguimos sin novedades en el Bernabéu. pic.twitter.com/mFGvI87tD9
«Así está la pierna de nuestro 'agresor'. Seguimos sin novedades en el Bernabéu».