Betis - Sevilla

El triunfo de la gestión de la superioridad (0-2)

La expulsión de Guido Rodríguez antes del descanso abrió las puertas del triunfo a un Sevilla que sentenció con los goles de Acuña y Bellerín, en propia meta

Acuña corre a celebrar el 0-1 paa el Sevilla ante el Betis en el derbi disputado en el Benito Villamarín Manuel Gómez
Mateo González

Mateo González

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Se llevó el derbi el Sevilla FC tras dar una lección de cómo gestionar la superioridad numérica ante el Real Betis conseguida un minuto antes del descanso con la doble amarilla a Guido Rodríguez aún con 0-0 en el marcador. Venció el equipo de Lopetegui porque el mediocentro argentino no supo contenerse estando ya advertido y porque manejó los tiempos y el balón a su antojo a partir de ese momento, percutiendo una y otra vez y alejando a los verdiblancos de las zonas en las que podían generarles peligro. El gol iba a ser cuestión de madurar el choque, con posesiones largas buscando el hueco en el que encontrar la red de Bravo. Lo hizo Acuña en el inicio de la segunda mitad con un tirazo desde la frontal y hasta la fortuna fue esquiva para los del Villamarín en una noche para olvidar con el autogol de Bellerín en el tramo final. Jordán, Acuña y Montiel destacaron sobremanera en las actuaciones individuales y los 50.534 espectadores vieron un derbi en el que el Sevilla quiso ir arriba y el Betis jugó a resistir, sin implicar apenas a su público y ahondando su mal momento con la derrota más dura en el peor momento. Y con una larga digestión en este parón de selecciones.

El duelo comenzó con un Sevilla mandón, que abría mucho el campo y que sabía cómo presionar arriba para robarle el balón rápido a un Betis que buscaba soluciones a contraestilo, con pelotas en largo pretendiendo que Canales, Willian José o Fekir se buscaran la vida bajando el esférico con Fernando, Koundé y Diego Carlos en el cogote. Ocampos ponía la tensión desde la banda percutiendo una y otra vez y suyo fue el primer aviso al rematar de cabeza sin mucha dirección.

Le costaba al Betis desembarazarse del despliegue físico sevillista. Guido Rodríguez ya dejaba muestras de que su aceleración era excesiva para lo que pedía el duelo o que su trabajo tenía que multiplicarse y por ello podía llegar tarde con el riesgo que eso suponía. Fekir daba señales de vida con un disparo desde la frontal que detuvo Bono, el primero a puerta del choque. Guido vería la primera amarilla por falta a Rakitic, un aviso que iba a tener continuidad y trascendencia en el desarrollo del partido.

El Sevilla tenía la pelota y hacía correr al Betis, pero eran los verdiblancos los que no se entretenían cuando llegaban arriba y un centro cerrado de Rodri obligó a Bono a intervenir porque se colaba en su portería. Luego llegó una falta de Fernando a Fekir tras una pared en la frontal y el francés buscó la escuadra pero se encontró con una barrera más cercana de lo habitual.

En las anotaciones se vieron más ocasiones béticas pero un dominio mayor del Sevilla, que pisaba con frecuencia la zona de tres cuartos aunque echaba de menos electricidad en los metros finales. Pudo darla Rakitic en una acción similar a la de Ocampos nada más empezar pero el croata demostró que el remate de cabeza no es su especialidad.

El Villamarín gritó con fuerza cuando Guido dejó solo a Bellerín en una de las pocas internadas del lateral hasta el final. Llegó ante Bono y marcó por bajo pero la acción fue anulada por fuera de juego con banderín levantado del asistente y validación posterior del VAR. Como el duelo no tenía pausa, en la siguiente acción Bravo evitó rozando el balón que Rafa Mir pudiera llegar a marcar tras centro de Montiel desde la derecha. El gol se rozaba pero no llegaba. Lo que iba a acontecer era la segunda amarilla de Guido y correspondiente expulsión justo antes del descanso.

Mateu Lahoz habla con Guido Rodríguez ante Rakitic durante el derbi Betis - Sevilla Raúl Doblado

Pellegrini apostó por William Carvalho en lugar de Willian José para fortalecer el centro y dejar a Canales, Rodri y Fekir con la responsabilidad ofensiva. Al Sevilla se le quedaba en las manos la obligación de ganar con toda una segunda parte ante diez.

El inicio de la segunda parte iba a ser de gobierno exclusivo de los de Lopetegui. Abriendo el campo y buscando superioridades en la banda avisó dos veces con centros de Montiel que Ocampos remató alto hasta que una larga jugada acabó en el propio Ocampos, quien sirvió atrás para la llegada de su compatriota Acuña como un ciclón. Su disparo descosió el cuero del esférico y entró como una centella en la portería de Bravo para situar el 0-1.

Al Betis, si con once le costaba salir con diez ya era una proeza. Apenas tenía posesiones más largas para cruzar con ventaja el centro del campo, casi todas con cruce de caminos en Joan Jordán. El Sevilla quería el segundo para sentenciar y casi lo hizo Rafa Mir. Pellegrini quería intervenir en el partido y utilizó a Tello y Juanmi para ver si el gol podía llegar. Se sentaban Guardado y Rodri.

La pelota en los pies de los jugadores del Betis tenía un tic-tac y desaparecía a las primeras de cambio. El Sevilla amasaba el balón y Lopetegui reñía a Koundé cuando dio un pase en largo. Despersonalizado y nervioso, a los de Pellegrini les restaba el recurso a la épica, al impulso del Villamarín porque el sufrimiento acumulado se notaba ya por el minuto 70.

Es entonces cuando hay un ataque bético, una situación inusual en este tramo. Jugada enlazada en la que Fekir proyecta a Bellerín y su centro acaba en Tello, cuyo disparo con la izquierda sale desviado. Mateu se equivoca con una entrada en plancha de Jordán sobre Fekir que merece amarilla y que ni siquiera sanciona con falta para enojo del Villamarín.

Lopetegui interviene y entran Óliver y Papu por Jordán y Lamela. El Betis ve algo de vida en sus ataques pero era un espejismo y llegó la sentencia del Sevilla con el 0-2 en una acción muy ajustada de Montiel, muy activo en sus ataques por la derecha, cuyo centro desvió hacia su propia portería Bellerín. El VAR dio validez a la posición de arrancada del argentino.

El Sevilla supo jugar sus cartas en el derbi con la superioridad numérica, cocinando el partido con paciencia para acumular ocasiones y quitarle el balón a un Betis dubitativo ya con once y aculado con diez, muy lejos de su objetivo de inquietar a Bono. Solventa el tropiezo europeo el bloque de Lopetegui con este triunfo en el domicilio del eterno rival y sume al Betis en su primera crisis del curso con tres derrotas duras ante Atlético, Bayer y Sevilla y con una larga digestión durante este parón.

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