todo irá bien
Laporta se burla de todos
Ha excitado las bajas pasiones del socio más cateto acusando al Madrid de ser el equipo del régimen

Victimismo vulgar, burla indisimulada, ninguna explicación, y apelación a las pasiones más bajas del socio menos intelectualmente dotado. Laporta ha mezclado el proceso judicial con el hecho indiscutible, institucional y deportivo, de que el Barça pagó durante 20 años al vicepresidente de los árbitros, lo ... que en sí mismo constituye un escándalo de tal magnitud que sólo alguien sin ningún escrúpulo, sin ningún sentido del ridículo y sin ninguna vergüenza podría presentar como normal, y con el desparpajo que Laporta lo ha hecho esta mañana.
Laporta ha comparecido muy serio para reírse de todos. Ha hablado mucho rato -dos horas- para no decir nada. Ha excitado las bajas pasiones del socio más cateto acusando al Madrid de ser el equipo del régimen, y a los que han denunciado el escándalo Negreira de querer desestabilizar el club para quedárselo. La burla ha tenido su momento más célebre cuando ha llegado a decir que ha saneado la economía del club, cuando lo ha descapitalizado con las famosas palancas y lo ha condenado a la privatización con una operación económica -la de las obras del nuevo estadio- sin ninguna capacidad para afrontarla.
Desde el punto de vista jurídico ha hecho lo único que podía hacer: defender al club y derivar las posibles responsabilidades del proceso judicial, que acabará Dios sabe cuándo, a personas concretas, como Josep Contreras, el hombre fuerte de Villar en Cataluña, de quien, en caso de existir alguna irregularidad, «el Barça sería víctima».
Desde el punto de vista ético, no ha explicado nada y se ha presentado como víctima de todo y de todos. Ha dado carta de normalidad a tener a sueldo al vicepresidente de los árbitros, sin que ninguno de los periodistas le haya puesto ante la evidencia de tan notorio escándalo: ha dicho que Negreira no tenía ninguna capacidad para alterar la competición, que su hijo era quien en realidad prestaba los servicios - «aunque los facturara su padre», y se ha quedado tan tranquilo- y que esta campaña se ha organizado contra el Barça, contra Cataluña y contra su junta directiva por haberse negado a firmar con el fondo CVC que proponía el presidente de la Liga; y también por haber adjudicado a los turcos las obras del nuevo estadio.
Laporta ha señalado a Javier Tebas como el gran enemigo del Barcelona y le ha amenazado con pedir indemnizaciones «astronómicas», y ha anunciado igualmente toda clase de medidas judiciales contra quienes expresen opiniones contrarias. Pese a las graves acusaciones contra el Madrid, su apoyo a la Superliga no peligra.
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