qatar 2022

El señor adiós de Luka Modric, un caballero con botas de tacos

El croata pone fin a su sueño de ganar un Mundial con otra lección de clase y elegancia

Rubén Cañizares

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Sentado en el banquillo, ligeramente erguido, con la mano derecha tapando su rostro y la izquierda peinando su lacio cabello. La imagen la protagonizó Luka Modric, poco después de recibir una ovación de los 80.000 presentes en el estadio Lusail, cuando era sustituido en los últimos minutos del Croacia-Argentina de semifinales de la Copa del Mundo de Qatar. A sus 37 años, con más títulos que canas, uno de los mejores jugadores del fútbol moderno y un caballero con botas de tacos en los pies dice adiós al sueño de ganar un Mundial para un país de solo tres décadas de vida y apenas 3,9 millones de habitantes.

Lo hizo, cómo no podía ser de otra manera, con su habitual elegancia y señorío. Con Modric, si no sabes el resultado y tienes una mirada neutra, es complicado distinguir si ha ganado o perdido. Sonríe cuando gana, cómo no, pero no deja de hacerlo ni pierde las formas cuando no es así. Todo lo contrario. Mira atrás, recuerda de dónde viene y cómo fue su vida, y no solo da gracias por ello sino que además le sobra carisma y empatía para darle la enhorabuena al ganador y ofrecer un ejemplar comportamiento, otro más, a una sociedad vacía de referentes: «Le doy la enhorabuena a Argentina y a Messi y quiero desearle suerte para la final. Es un grande».

Modric jugó anoche su último partido -considerando al tercer y cuarto puesto del sábado un trámite- en la élite a nivel de selecciones. De su manos, Croacia ha escrito uno de los más bonitos capítulos de su corta, pero brillante historia en el fútbol. Subcampeón del mundo en Rusia 2018 y semifinalista en Qatar 2022. Honor y respeto para un futbolista único que enorgullece al fútbol, más allá de los colores con los que se mire. Queda la final four de la Nations League el próximo mes de junio, que quizás tenga a bien disputar, pero anoche en Doha presenciamos la 'despedida' planetaria de un maestro del fútbol: «Estamos jodidos por la derrota, por perder este partido. No ha podido ser. Hay que recuperarse e intentar ganar el partido por el tercer y cuarto puesto. ¿Si es mi último Mundial con Croacia? Ahora eso no es importante. No es el momento para hablar de este asunto».

Modric se abrazó con Messi antes del partido, en el sorteo inicial, y lo hizo también tras el pitido final del italiano Orsato. Dos leyendas mostrándose sus mutuos respetos. Fue justo ahí, tras consumarse la eliminación, cuando Luka tuvo un afectuoso saludo con Di María, con quién compartió unas palabras de cariño, un achuchón y un cariñoso beso, del argentino al croata. Ambos fueron compañeros en el vestuario del Madrid entre 2012 y 2014 y levantaron la tan ansiada Décima en Lisboa. Complicado olvidar tal hazaña y con quién se alcanzó, pero no solo con Leo y Ángel tuvo Modric su merecido e improvisado reconocimiento. Luka se despidió y felicitó uno a uno a todos los jugadores de la albiceleste antes de agradecer la presencia en el estadio Lusail a los 1.000 croatas presentes y marcharse al vestuario. El último baile de Modric: un caballero con botas de tacos.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación