Isco

La frase la pronunció el protagonista de esta pieza: «En la selección sí tengo la confianza que quizá no tengo en el Madrid». Lo soltó después de un triplete en un amistoso contra Argentina, el pasado marzo, en el Wanda Metropolitano. En efecto, Isco Alarcón se siente protagonista cuando viste la camiseta de España, el niño bonito de Julen Lopetegui y llamado a tener tardes importantes en este Mundial. Le falta estrenarse y brillar en una gran cita, y ahora es su momento.

Puede que sea el futbolista con más toque de los 23 que lleva el combinado nacional a Rusia, distinto a todos y con una visión única. El madridista, de 26 años, pone las luces al ataque de España y también trabaja para los chicos del centro del campo, bisagra entre la creación y el gol. Además, el tiene bastante olfato y ha celebrado ya varios tantos de altísimo nivel. Como para olvidarlos.

Isco se salió en aquel duelo decisivo contra Italia en el Bernabéu y su idilio con esta selección permanece intacto. Debutó en 2013, todavía en la época de Vicente del Bosque, y es ahora, con Lopetegui, cuando se siente plenamente realizado. Nadie le ha mimado tanto, pero a favor de Isco hay que decir que ha respondido con creces.

En esta era, suma nueve goles en 13 tardes, un dato que refleja su excelente momento. Se perdió la Eurocopa de Francia y quiere explotar en Rusia, su primer Mundial. Después de enlazar tardes de puerta grande, convenció a Zinedine Zidane para ser uno de los once en los encuentros más especiales y fue titular en la final de Kiev, premio a su trabajo y a su constancia. Con España, sin embargo, todo ha sido aparentemente más fácil, si bien es verdad que vestido de rojo no ha tenido tantos momentos irregulares. Será la confianza de la que habla, esa que sí tiene con Lopetegui y que le permite hasta celebrar tres dianas en una misma noche, pero su magia es básica para la selección.