Mundial Rusia 2018

Francia se echa a la calle para celebrar el Mundial

Las principales ciudades del país se llenan de aficionados de todas las edades y razas tras el éxito de la selección en Rusia

Ciudadanos franceses celebrando la conquista del Mundial AFP

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A los pocos minutos del fin del partido que convirtió a Francia en campeona del mundo , centenares de miles de hombres y mujeres, niños, jóvenes, mayores, incluso ancianos, blancos, negros, católicos, musulmanes, agnósticos, asiáticos, europeos... se lanzaron a las calles dando gritos de alegría, cantando el himno nacional y enarbolando banderas.

El fin de semana había comenzado con medidas de seguridad excepcionales . Varias decenas de millares de policías, gendarmes y antidisturbios estaban en alerta máxima, desde la víspera del 14 de junio, fiesta nacional. Ante la gran final Francia-Croacia , los riesgos de un atentado terrorista y posibles desbordamientos de gente, las medidas de seguridad alcanzaron su cota de alerta máxima.

Cuando comenzó el partido, a las cinco de la tarde, París cayó en una suerte de calma tensa. Calles vacías, banderas nacionales colgadas en ventanas y balcones, coches a gran velocidad con jóvenes cantando el himno nacional, La Marsellesa . Con el ritmo épico del encuentro, la fiebre comenzó a subir de manera espectacular.

Al pie de la Torre Eiffel , en el Campo de Marte, una «fans zone» estaba abarrotada (más de 50.000 plazas) desde primera hora de la tarde. En todos los barrios históricos y populares, Campos Elíseos, Les Halles, Alcaldía de París, entre otros, bares y cafeterías habían montado pantallas gigantes para acoger a una multitud de clientes dispuestos a vivir el día más largo y apoteósico.

En el Campo de Marte y los Campos Elíseos las unidades antidisturbios acordonaban mal que bien a una multitud inmensa que se desplazaba como olas de entusiasmo, cantando, gritando, repitiendo las estrofas marciales de La Marsellesa. En el corazón histórico de París, en Les Halles (los antiguos mercados de abastos), se consumó una suerte de «fusión» ultra multicultural. Toda la «banlieue» (suburbios) desembarcó en un barrio que tiene media docena de grandes iglesias medievales y barrocas. Y las más viejas e históricas calles y callejas se poblaron de una multitud variopinta, muy «multicultural» (con presencia masiva de las más diversas tonalidades de negro, del tostado al negro azabache), bailando y cantando ritmos africanos, caribeños, incluso asiáticos. Aquí y allá, chicas musulmanas con velo fotografiaban a bandas de chicas bien o jóvenes negros de la Guadalupe, dejándose arrastrar con una alegría frenética que culminó con la victoria final.

Con el fin de partido, comenzó una suerte de frenesí místico. La multitud comenzó a desbordar en todos los barrios, para tirarse a la calle y cortar las grandes avenidas. En el corazón «chic» de París, ante la iglesia de Saint-Germain-des-Prés , coches de jóvenes negros cortaron el tráfico temporalmente, poniéndose a bailar encima de sus propios automóviles, al pie de la venerable iglesia.

En otro rincón histórico, al pie de la iglesia de Saint-Jacques, donde comenzaba el Camino de Santiago, en la Edad Media, una multitud llegada de todo París tomó por asalto la calle de Rívoli, una de las más largas de París, caminando feliz y bailando, gritando y cantando La Marsellesa, siempre.

Desde el Campo de Marte, las decenas de millares de hombres y mujeres, de todas las edades y condición social, comenzaron a subir hasta el Arco del Triunfo y los Campos Elíseos , donde el tráfico había sido cortado desde primeras horas de la mañana.

Comenzaba la noche más larga. El presidente Macron había pedido a su ministerio del Interior «mucha firmeza» para proteger todas las manifestaciones de alegría, en paz. «Alegría» quizá fue un calificativo muy modesto para nombrar un estallido de júbilo colectivo, que, por un día, al menos, puso fin a divisiones sociales, políticas, culturales, incluso religiosas, unido el pueblo de París y de Francia, quizá, en una suerte de «comunión mística» con su equipo de fútbol.

Francia se echa a la calle para celebrar el Mundial

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