La rocambolesca imagen de Infantino y el brazalete vetado por su FIFA

Lo de la FIFA y su presidente Gianni Infantino es difícil de explicar. Si antes de que Qatar 2022 levantase el telón el organismo rector del fútbol mundial pidió a las selecciones que se centrasen en el balón y dejasen correr las cuestiones sociales o políticas, en cuanto arrancó la cita del Golfo Pérsico se dedicó a evitar, de forma activa y contundente, cualquier protesta o gesto que pudiese molestar a los anfitriones.

El brazalete 'One love' en favor de los colectivos LGTBI+, que los capitanes de hasta siete selecciones pretendían lucir en Qatar, fue el primer campo de batalla. La contundente amenaza de una sanción económica y deportiva en forma de amonestación bastó para tirar por tierra la iniciativa.

Esta actitud de la FIFA llamó poderosamente la atención, más después de las recientes palabras de Gianni Infantino, su presidente, que poco antes había sido noticia en todo el mundo por afirmar que se sentía catarí, árabe, migrante, gay o discapacitado, defendiendo a la organización del evento y llegando incluso a afear las críticas llegadas desde los países europeos.

Ignorando la reacción en países como Alemania, donde la prohibición del brazalete provocó un alejamiento de los patrocinadores con la FIFA, o la amenaza de escisión de Dinamarca, este organismo se ha mantenido inflexible, impidiendo también que la selección de Bélgica pueda utilizar su segunda equipación, al contener en el interior del cuello de la camiseta el mensaje 'Love'.

Pero en otro giro de volante inesperado, ayer Infantino volvió a ser protagonista por una curiosa imagen. Mientras en el césped el equipo arbitral indagaba el tipo de brazalete que vestía Neuer, capitán alemán y muy activo en la lucha contra la homofobia, y todo el equipo alemán compartía un gesto para denunciar que no les dejasen expresarse con la banda 'One love', tapándose la boca con la mano, el mandamás de la FIFA se fotografió sonriente con la ministra de Interior alemana Nancy Faeser, que lució en el palco de autoridades la banda 'One love'.

Y no solo es que el suizo posase con la reivindicativa ministra sino que lo hizo posando para los fotógrafos mientras señalaba con el dedo el brazalete. Una imagen por la que inmediatamente ha sido acusado de tener una doble moral, solidarizándose de forma personal con el gesto, pero prohibiéndolo desde su posición de presidente de la FIFA.