Sevilla como escenario de grandes citas deportivas
Los duelos de la Eurocopa se suman a otros eventos clave como los vividos en el Mundial de 1982 o las finales de la Copa de Europa y de la UEFA
Cualquier evento deportivo de relevancia mundial supone un gran impacto económico y de imagen para aquella ciudad que lo organiza. Durante unos días el foco de atención de un continente o de todo el mundo mira al país, localidad o estadio que acoge un gran encuentro deportivo, más si cabe si hablamos del deporte rey, el fútbol. Sevilla será durante cuatro partidos el eje sobre el que gire el fútbol en el mundo. La Eurocopa tiene cuatro de sus citas en la ciudad andaluza, tres de ellos de una de las selecciones fuertes de la competición, la España de Luis Enrique , y un cuarto duelo que ya será de octavos de final y cuyos contendientes habrá que esperar a ver cómo se desarrolla la competición. El impacto económico de la cita ya ha sido analizado en múltiples ocasiones y sin duda, tras la grave crisis originada por la Covid-19, ayudará a un sector tan golpeado por la pandemia como el turismo. Sin embargo, lo que sí pone de manifiesto esta nueva presencia de una gran cita deportiva en Sevilla es que la ciudad está perfectamente preparada para ella, como ya demostró en ocasiones anteriores, en la que el deporte se focalizó en la ciudad hispalense.
En orden de antigüedad, la mayor cita del mundo del fútbol es un Mundial, y Sevilla tuvo la fortuna de ser una de las sedes de la cita que se celebró en España en 1982, con duelos que se celebraron tanto en el Benito Villamarín como en el Ramón Sánchez-Pizjuán. El recinto del conjunto verdiblanco acogió los tres partidos de una de las grandes favoritas, Brasil, ante la U.R.S.S. (2-1), Escocia (4-1) y Nueva Zelanda (4-0). Ningún partido de la segunda fase se disputó en la capital andaluza, pero sí una de las semifinales del Mundial, que tuvo como recinto la casa del Sevilla F. C. Y no fue un partido cualquiera, ya que aquel Alemania-Francia del 7 de julio de 1982 es recordado como uno de los mejores partidos de la historia de los mundiales. Se enfrentaron la selección de los Rummenigge, Stielike, Breitner o Littbarski contra el combinado galo de los Platini, Giresse, Tigana o Rocheteau. Aquel duelo acabó con 3-3 tras 120 minutos de partido y se decidió en una tanda de penaltis en la que los germanos estuvieron más certeros. Fue, entre otras cosas, el partido recordado por la tremenda agresión de Schumacher en una salida a Battiston que lo mandó al hospital con una vértebra rota y tres dientes menos, y por la que no se señaló ni falta. Esa fue el último partido de un Mundial de Fútbol disputado en Sevilla hasta la fecha, algo que podría remediarse si la candidatura ibérica de España y Portugal para el Mundial 2030 prospera.
En materia futbolística, el siguiente gran evento de fútbol con epicentro en Sevilla, esta vez en ámbito de clubes, fue la final de la Copa de Europa de 1986. El Ramón Sánchez-Pizjuán fue el testigo del duelo que disputaron el Barcelona y el Steaua de Bucarest, de amargo recuerdo para el conjunto azulgrana, gran favorito aquella noche. En un recinto nervionense con clara superioridad de público azulgrana, el encuentro se marchó a los penaltis tras el 0-0 del tiempo reglamentario. Ahí emergió el héroe rumano, Helmuth Duckadam, que detuvo todos los lanzamientos del equipo catalán y le dio a Rumanía el único título europeo de su historia.
Hubo que esperar nada menos que 17 años para poder ver una nueva final continental con Sevilla como sede. Fue la de la Copa de la UEFA de la temporada 2002-2003, en la que el Estadio de la Cartuja acogió la cita en la que Oporto y Celtic se jugaría coronarse campeón. La cercanía de la ciudad lusa y el increíble seguimiento de la afición del equipo más laureado de Escocia supuso una invasión de la ciudad de la que aún guardan gratos recuerdos comerciantes y aficionados al fútbol en general. Aquel 21 de mayo de 2003 José Mourinho alzaba su primer entorchado europeo al vencer con el Oporto por 3-2 a cinco minutos del final de la prórroga gracias a un gol de Derlei, que decantó un duelo competido y vibrante. Esa ha sido la última gran cita a nivel europea que se ha disputado en Sevilla hasta el momento.
Ya dentro de las fronteras españolas, la capital hispalense ha sido escenario de varias finales de la Copa del Rey. Concretamente un total de seis citas decisivas para designar al campeón de este torneo han tenido lugar en Sevilla, con escenarios de todo tipo. La primera de ellas fue en el Campo de la Reina Victoria, en 1925, donde el Barcelona se impuso por 2-0 al Arenas de Getxo. El siguiente escenario en acoger esta cita fue el estadio de La Cartuja que vio al Valencia alzar el título ante el Atlético en 1999, para después ser testigo de un Zaragoza campeón en el 2001 (tras vencer al Celta 3-1) y de las dos últimas finales de la Copa del Rey disputadas hasta la fecha, ambas en este 2021. Real Sociedad y Barcelona se proclamaron campeones del torneo ante el mismo rival, el Athletic, en dos citas sin público por las restricciones de la pandemia.
La última gran cita con público disputada en Sevilla fue el 25 de mayo de 2019 en el estadio Benito Villamarín. Aquel día el Valencia se impuso al Barcelona por 2-1 en el recinto heliopolitano con unas grades llenas de aficionados de ambos conjuntos, algo que hasta que no esté controlada la pandemia no podremos volver a verse repetido.
Quizás ese gran momento pueda producirse el año que viene, el 18 de mayo de 2022, fecha en la que el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán tiene previsto acoger la final de la Liga Europa, cita para la que el recinto del Sevilla F. C. lleva tiempo preparándose con obras para adecuar sus instalaciones a un evento de este calibre. Si todo va bien en materia sanitaria, será una nueva oportunidad para que Sevilla se ponga en el escaparate mundial a través del deporte y un empujón económico para un sector como el turismo, tan importante para la ciudad y para Andalucía, que busca volver a tiempos pretéritos, también por medio del fútbol.
