Eurocopa Sevilla 2021
El orgullo del jugador número doce
La expresión nació en Sevilla y en el marco de una Eurocopa que finalmente ganó España, la de 1964
«Hay que jugar así, con ese entusiasmo y esa bravura, para corresponder a esta afición, que ha demostrado ser lo que yo sospechaba que era, desde que fui testigo de su comportamiento con ocasión del partido contra Argentina: la mejor de España ». «Así es, en efecto. Nuestro equipo, durante toda la primera parte actuó de manera magistral. En la segunda decayó algo, no mucho. Los espectadores, en cambio, se han mantenido siempre a un nivel insuperable. Tengo verdadero interés, porque es de justicia, en que usted diga, en mi nombre, que así da gusto jugar» . «Si yo tuviera que elegir a un solo triunfador, no lo dudaba: el público ». En las previas al 11 de marzo de 1964 se gestó una expresión que condensó el valor de la afición sevillana en su aportación a los partidos de la selección española. Hablaban Andrés Ramírez , secretario de la Federación Española; Benito Picó , su presidente; y Rivilla , jugador internacional. «Y Sevilla estuvo otra vez con el equipo nacional. Al cuarto de hora de partido ya se había rendido sin condiciones. 'España, España y nada más...' con las palmas acompasadas para llevar en volandas al equipo a la cristalización de una victoria que puede marcar, debe marcar, el retorno a un estilo, el reencuentro con las virtudes olvidadas». Escribió estas líneas José Antonio Blázquez , histórico redactor de ABC de Sevilla y cronista de aquel España-Irlanda (5-1) de cuartos de final de la Copa de Europa de Naciones (hoy Eurocopa) de 1964, disputado en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán y momento en el que se bautizó a la afición hispalense como la «número doce». España acabó levantando aquel título en la final de Madrid frente a la Unión Soviética, con el recordado gol de Marcelino.
«Más sevillista que los arzobispos del escudo, era un maestro calentando taquilla para su club. Con dos crónicas era capaz de llenar el Pizjuán aunque fuera frente al Indauchu. Así se explica que inventara lo del Jugador Número 12, como llamó a la afición de Sevilla para calentar taquilla a la selección española en el partido contra Irlanda, en marzo de 1964 . En el azulejo que en el Sánchez-Pizjuán recuerda la invención, falta el nombre de su autor: José Antonio Blázquez. Quede compensado ahora el olvido con el premio periodístico con el que el club decano honrará para siempre la memoria del genial Niño Blázquez», afirmaba el maestro Antonio Burgos en un artículo titulado «El inventor del jugador número 12».
Y en las vísperas Blázquez buscó motivar al personal de la siguiente manera, ya que había previsión de mal tiempo y la selección llegaba tras algunos resultados irregulares, con derrotas en los dos amistosos precedentes antes de este duelo frente a Escocia y Bélgica: «Juega España. Y sobra todo lo demás. Si una vez fue nuestro público factor esencial en la victoria, quizás porque en esta ocasión se le consideró rigurosamente preciso, Sevilla se eligió como escenario. Para ganar a los criollos (en el 2-0 ante Argentina de 1961), Ruiz Sosa fue uno más entre miles de protagonistas. Aquello no fue sólo victoria de once hombres... ». Y ahí se alumbra esa figura del duodécimo jugador. Curiosamente con una polémica parecida a la suscitada localmente con la convocatoria de Luis Enrique , ya que se echaba en falta a futbolistas de equipos sevillanos en la lista de Villalonga, como ahora no están Jesús Navas o Canales, de ahí la referencia a Ruiz Sosa, histórico jugador del Sevilla.
« Si ganásemos por cuatro o cinco goles, la afición diría que yo soy un tipo listo ... Si jugando igual, con varios balones en los postes, sólo lográsemos arañar una mínima victoria, las censuras serían todas para mí. Yo he hecho el equipo así por esto, esto y esto; porque estoy convencido que es el mejor que hoy puede representar a España», decía en esas fechas José Villalonga , seleccionador español, en una respuesta que hubiera firmado Luis Enrique en estos días.
El caso es que aquella selección española, vestida con elástica encarnada, pantalón azul y medias negras con vueltas con los colores nacionales, y compuesta por Iríbar (que debutaba); Rivilla, Olivella, Calleja; Zoco, Fusté; Amancio, Pereda, Marcelino, Villa y Lapetra , se encargó de tumbar a Irlanda con el 5-1 de la ida en Sevilla y el 0-2 de la vuelta en Dublín para allanar su camino hacia el título continental. Ese ejemplo lo siguió Kubala y lo aumentó Miguel Muñoz para hacer de Sevilla, en cualquiera de sus estadios, la casa de la selección con hitos como aquel 12-1 ante Malta o el 1-0 frente a Dinamarca. Luego llegó la sentencia de Clemente y la recuperación actual condicionada por las restricciones pandémicas.
Ahora han pasado 57 años y los hijos o los nietos de quienes hicieron bueno este apelativo de jugador número doce irán al choque ante Polonia. Tras recibir el público sevillano críticas ultramontanas por su comportamiento con Morata en el duelo frente a Suecia que supuso el estreno del equipo nacional en esta Eurocopa, tiene Sevilla este sábado una nueva oportunidad de demostrar el orgullo del jugador número 12, el que gana partidos, el que de forma incondicional ha anudado a su aliento las alegrías futbolísticas de todo un país .