La desnortada Croacia

La baja de Modric da opciones al también madridista Kovacic, pero deja a la selección de Ante Cacic sin el faro que ilumina su juegoPerisic, Rakitic, el contragolpe y el poderío en las acciones de estrategia con gigantes como Mandzukic, principales armas ante España

Modric es sustituido en su último partido. REUTERS
Ignacio Tylko

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Cuando Luka Modric se detuvo, se agachó, se tocó en el aductor, fue rodeado por sus alarmados compañeros, dibujó una media sonrisa de resignación y pidió el cambio a los 62 minutos del partido ante la República Checa, disputado el viernes en Saint-Étienne, los españoles respiraron aliviados. Sin el cerebro madridista, que según anticipó Boris Nemec, el médico de los croatas, causará baja el próximo martes ante 'La Roja', la selección de Ante Cacic pierde a su referente.

Modric marca los tiempos en Croacia. Manda, ordena a sus compañeros, es la continuidad del técnico en el campo, decide cuándo hay que acelerar y en qué momento conviene parar los partidos. Organiza el juego desde el eje del centro del campo, pero también llega arriba con frecuencia, filtra pases entre las líneas del rival y hace goles, como el de volea que firmó para derrotar a Turquía en el Parque de los Príncipes.

«Espero que esta lesión no sea nada importante», dijo Modric tras el empate ante los checos, que marcaron dos goles y equilibraron la contienda ya sin Luka sobre el césped del Geoffroy-Guichard. «Llegué muy bien a esta Eurocopa, ya que ganar la Champions con el Real Madrid nos dio confianza, y es una pena lo que ha ocurrido, pero hay que esperar», añadió. «La situación no es buena. Hay sólo cuatro días para el partido ante España y me temo que no podrá jugar. Es mejor que descanse pensando en octavos», explicó el médico de los croatas. El seleccionador se refirió a «una temporada muy larga, el cansancio y una molestia muscular» como causas del relevo de Modric.

Aunque su ausencia supone un sensible golpe moral para todo su equipo, desde que Modric debutó en un amistoso ante Argentina, el 1 de marzo de 2006, los datos revelan que Croacia se apañó muy bien sin él en los encuentros oficiales de fases de clasificación para grandes campeonatos. En total, se perdió 12 encuentros en los caminos hacia las tres últimas Eurocopas y dos Copas del Mundo. Y Croacia disfrutó de un 66,6% de éxito porque ganó ocho de ellos. Sólo cayó ante Inglaterra por 5-1, en la clasificación para el Mundial de Sudáfrica, y 0-1 ante Escocia en la del certamen de Brasil. Es cierto, empero, que algunos de esos rivales eran de tercera fila, casos de Andorra, Kazajistán, Bielorrusia, Malta o Letonia.

Incluso sin Modric, seguramente reemplazado por Mateo Kovacic, con más físico pero menos calidad, sentido táctico y visión de juego que su compañero, España se encontrará con un rival peligroso al contragolpe, poderoso en las acciones a balón parado, con una motivación extraordinaria y un orgullo de todos conocido. Para frenar a los balcánicos en la lucha por el liderato será clave reducir los espacios en la posición de enganche a Ivan Rakitic, autor del segundo gol frente a los checos, y cerrar las internadas del veloz Perisic por la banda izquierda.

Visto ese choque ante los centroeuropeos, varias e inequívocas conclusiones pueden extraer Vicente del Bosque y su equipo de trabajo de una Croacia que sueña con imitar a la maravillosa generación de Boban, Prosinecki y Suker, semifinalista en el Mundial de 1998, también celebrado en Francia.

'Nuestra hermosa patria'

Dice mucho de lo que supone para los croatas representar a su país la imagen llorando a lágrima viva que dejó Dario Srna, su abnegado lateral derecho y gran capitán, cuando formaba y escuchó los compases del 'Lijepa nasa domovino' (Nuestra hermosa patria), su himno nacional. El 'capo' de los croatas sufrió la pérdida de Uzeir, su padre, durante el partido ante los turcos. Tras un viaje de ida y vuelta para acompañar a sus familiares en tan duro trance, pidió jugar a su técnico. Consideró que el mejor regalo que podría hacerle a un progenitor era no faltar a un compromiso con su país.

La alegría de los balcánicos en su juego se demostró al forzar seis saques de esquina en menos de media hora. Srna los ejecuta desde la derecha y Rakitic desde la izquierda, pero siempre son peligrosos porque sus centrales y Mandzukic entran como fieras. No está fino el exdelantero del Atlético, pero es un incordio constante para las defensas. Se pelea con todos los centrales, es valiente, va muy bien con arriba y descoloca a las defensas cuando se abre hacia las bandas para dejar hueco a los interiores.

El golazo de Ivan Perisic ejemplificó la fe de los croatas en lo que hacen. Robaron un balón en el centro del campo y el rápido driblador del Inter, diestro pero con buen manejo de la zurda y una de las sensaciones de esta Eurocopa, no se lo pensó. Aceleró, encaró a Sivok, uno de esos centrales pesados que sufren y sólo reculan en el uno contra uno, le hizo un amago de bicicleta y la cruzó al palo más lejano de Cech.

Los últimos minutos del primer tiempo ante los checos ya dejaron otra imagen clarificadora para España. Modric notó ya alguna pequeña molestia y no se ofreció en una ocasión para sacar el balón jugado con fluidez. Sin verse presionados, entre los limitados centrales Corluka, el de las brechas en la cabeza y el gorro de waterpolo con los colores de su país, y Vida, y el lateral izquierdo Strinic, la perdieron y regalaron un saque de banda. Si les atosiga con una presión alta y les dificulta la salida desde atrás, España tendría mucho ganado frente a un combinado con tendencia a distraerse en algunas fases de los partidos. Lo más temible de Croacia son sus hinchas fascistas, pero ellos no juegan.

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