A sus treinta años, Wayne Rooney no solo es el buque insignia de la selección inglesa, sino todo un supervivente. Del fútbol y de sí mismo. Forjado en el Everton, llegó al United en 2004 dispuesto a recoger el testigo de Eric Cantona, que con su marcha siete años antes había dejado vacante la plaza de 'enfant terrible' de Old Trafford, aunque tal vez el traje que mejor le sentara sea el del primer Paul Gascoigne. Rooney era ya entonces un niño prodigio que había dado muestras de carácter, y más de una década después sigue arrollando con su abrumadora presencia y un extraordinario rendimiento que le han convertido en alma de los Red Devils.
El caso es que Wazza ha sobrevivido a las lesiones, a las polémicas y a una generación de futbolistas que parecía llamada a conseguir al fin otro gran título para los Pross y sin embargo se quedó en nada. Más joven que los Gerrard, Lampard, Carragher y Owen, era la joven promesa de aquella selección capitaneada por Beckham y que al final se diluyó sin brillar en ninguna cita importante.
Ahora, con casi 200 goles en la Premier, su función es muy distinta. Comanda una selección que constituye una de las grandes incógnitas de la Eurocopa con una doble obligación: ser el líder natural del equipo y aportar el gol necesario para llevar a Inglaterra lo más lejos posible y demostrar de paso que ya ha superado su última lesión de rodilla. Mientras, también ha tenido tiempo de hacer una aparición estelar en Smack Down, el espectáculo de wrestling que tanta prediclección siente por los rostros populares. Su imagen de niño malo -uno de los innumerables apelativos que ha recibido a lo largo de su carrera- encajaba a la perfección con dos minutos que dieron la vuelta al mundo mientras arreaba un cachete a su paisano Stu Bennett (A.K.A. Wade Barrett) con la Union Jack de fondo.
Más allá de las anécdotas, el Rooney de la treintena es un delantero técnico, efectivo y polivalente. Más fuerte que en sus comienzos, sigue presumiendo de una diestra letal, potencia y una capacidad de regate a la que le contribuye decisivamente la bajo centro de gravedad que le confieren sus 176 centímetros.
Pero por encima de todo Wayne Rooney se ha convertido junto a Joe Hart en el ascendente de una selección reinventada que trata de recuperar la autoestima con la ayuda de un niño prodigio que se hizo mayor.
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Total
4
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Titular
3
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Suplente
1
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En casa
3
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Fuera
1
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Minutos totales
297
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Minutos titular
258
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Minutos suplente
39
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Minutos jugados en casa
258
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Minutos jugados fuera
39
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Remates totales
11
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A portería
4
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Al poste
0
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De cabeza
0
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Balones
50
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Recuperados
13
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Perdidos
37
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Asistencias
11
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Totales
1
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A favor
1
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De cabeza
0
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De penalti
1
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De falta directa
0
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Pases
261
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Despejes
12
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Regates
19
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Regates buenos
8
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Veces regateado
4
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Faltas
4
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Tarjetas amarillas
0
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Por protestar
0
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Provocadas por el otro equipo
0
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Que completan ciclo
0
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Tarjetas rojas
0
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Por doble amarilla
0
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Provocadas por el otro equipo
0