Bota de Oro en su primer Mundial, Thomas Müller (Weilheim, 1989) fue madrugador para forjar su idilio con el gol a nivel internacional. Siempre a tiempo, como en el transcurso de las acciones ofensivas de su equipo, le bastó la experiencia de una temporada en la élite para mostrar sus credenciales en Sudáfrica. Seis años después, el atacante del Bayern acudirá a Francia para disputar la Eurocopa convertido en la carismática estrella de la vigente campeona del mundo gracias a su voracidad, oportunismo y versatilidad.
Bisagra entre los verticales atacantes de la historia germana y los talentosos jóvenes de predilección asociativa que han ido asomando la cabeza desde que Löw asumió las riendas de la selección, Müller se ha consolidado como bombardero nacional, con 31 dianas en 70 duelos con la casaca nacional. Lo ha hecho agregando aristas tácticas a la base de un extremo sin elevada capacidad técnica para desbordar al lateral, aunque con ese intangible que distingue a los grandes atacantes denominado olfato de gol.
Su conducción en carrera no es la más estética, tampoco sus regates los más vistosos, pero imprime sentido y productividad a un altísimo porcentaje de sus movimientos por su extremada sensibilidad para atacar los espacios. Tenaz y de potente zancada, contribuyó decisivamente a que Alemania conquistase su cuarto entorchado mundial. Por encima de la decena de tantos y asistencias entre todas las competiciones desde que Louis van Gaal le abrió las puertas de la primera plantilla muniquesa, maduró a las órdenes de Heynckes y continúa creciendo bajo la batuta de Guardiola.
El técnico catalán le ha probado en varias posiciones y distintos esquemas para sacar todo el jugo a un futbolista muy difícil de descifrar para los zagueros. El bávaro, máximo artillero en el camino de los germanos hacia Francia con ocho muescas en su culata, aparece desde segunda línea con inteligencia y demuestra en la zona de castigo la velocidad e impulsividad de los grandes matadores de área.
La prematura retirada de la mannschaft de Philip Lahm y los continuos problemas físicos de Schweinsteiger le han permitido recoger el brazalete de capitán y asumir un papel protagonista que no está tan marcado en Múnich. Allí veneran su demoledora diagonal, que le ha ayudado construir un imponente palmarés con todos los títulos a excepción de la Eurocopa. Rápido para castigar cualquier error rival, de su puntería dependerán gran parte de las opciones alemanas de victoria en Saint Denis.
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Total
6
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Titular
6
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Suplente
0
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En casa
5
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Fuera
1
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Minutos totales
598
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Minutos titular
598
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Minutos suplente
0
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Minutos jugados en casa
504
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Minutos jugados fuera
94
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Remates totales
19
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A portería
7
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Al poste
2
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De cabeza
3
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Balones
94
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Recuperados
29
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Perdidos
65
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Asistencias
8
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Totales
0
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A favor
0
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De cabeza
0
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De penalti
0
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De falta directa
0
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Pases
259
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Despejes
44
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Despejes con la cabeza
15
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Regates
23
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Regates buenos
6
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Veces regateado
25
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Faltas
15
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Tarjetas amarillas
0
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Por protestar
0
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Provocadas por el otro equipo
1
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Que completan ciclo
0
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Tarjetas rojas
0
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Por doble amarilla
0
-
Provocadas por el otro equipo
0