Eurocopa 2016
Lucas Vázquez: «Siento que puedo agitar los partidos»
Su magnífico año le abre las puertas de la Eurocopa. Ha sido el último en debutar y está eufórico por ser el revulsivo
Lucas Vázquez (Curtis, 1 de julio de 1991) es el último en llegar a esta aventura, internacional a todas luces después de sus 62 minutos el pasado martes. Lleva el «9» porque nadie lo quiso y es el primer verano que tiene trabajo, pues nunca antes había estado en una de estas. Nunca es nunca, ni en la sub 15, ni en la sub 17, ni en la sub 19, ni en la sub 21 ni en ninguna otra sub que pueda existir antes de la élite de la absoluta. Su magnífico año en el Real Madrid, resuelto con una Champions en la que marcó su penalti en la dramática tanda de Milán, le abre las puertas de la Eurocopa, a la que acude con la ilusión de un recién llegado y con ganas de comerse el mundo. Tiene el aspecto de un chico normal, sonríe con generosidad y acepta el posado sin rechistar. Así de sencillo es Lucas Vázquez.
-¿Cuántas veces le han puesto mal el nombre o le han confundido con Lucas Pérez?
-Ja, ja, ja. Alguna vez lo he leído en algún periódico, se han confundido en algún que otro diario a la hora de escribirlo. También en televisión he oído que me llamaban Lucas Pérez, pero no pasa nada. Yo soy Lucas Vázquez.
-De golpe y porrazo está en la selección española para disputar una Eurocopa sin haber debutado antes en las inferiores. ¿Le abruma?
-Más que abrumar, es felicidad. Poder estar aquí con estos grandes jugadores, que son campeones de todo, supone un orgullo. Nunca había estado y ahora voy a una Eurocopa.
-¿Se lo esperaba?
-Uno siempre sueña con lo máximo, para qué engañarnos. Quieres ganar cosas, conseguir objetivos... Sabía que era muy difícil estar aquí y al final he entrado en el grupo. Más contento no puedo estar.
-Y encima es usted el «9» de España.
-Es casualidad, nadie lo quería, pero sí, sí. Lo soy. Estoy contento.
-¿Usted cómo empezó a jugar?
-Yo era delantero. Desde pequeño siempre jugaba arriba para meter goles, me encantaba. Poco a poco, en la cantera del Madrid me empezaron a colocar en la banda y ahí me quedé.
-¿Cómo aprendió a jugar en banda?
-Cuando era delantero caía mucho a la banda, se me veían características para jugar ahí. Desde el primer momento me sentí muy cómodo y ahora puedo decir que me gusta mucho.
-¿En quién se fijaba?
-Me gustaba mucho Luis Figo. También Joaquín, Jesús Navas... Jugadores como esos eran referentes para mí.
-Muchos delanteros pasan a la banda como extremos y terminan de lateral. ¿Le inquieta esa opción?
-He jugado de lateral dos veces este año con el Real Madrid, me encontré bastante bien. Prefiero atacar, pero siempre al servicio del que manda... Ahí miras menos hacia adelante y te preocupas más de lo que pasa atrás.
-¿Cuál es su primer recuerdo de España?
-Me acuerdo del Mundial de 2002, el de Corea y Japón... Luego ya me viene a la cabeza este periodo con las dos Eurocopas ganadas y el Mundial de Sudáfrica, todo son recuerdos bonitos. De niño veía los partidos con mis padres, en casa. Ya de mayorcito me iba con mis amigos a algún bar, siempre acompañado y siempre celebrando victorias.
-¿Es futbolista callejero?
-Sí, claro, empecé a dar patadas al balón en el pueblo, en cualquier esquina. Como todos los niños pequeños y de pueblo. Te da igual dónde: un callejón, una plaza, cuando no pasan coches... Se aprovecha cualquier sitio.
-¿Se ha perdido esa tradición del fútbol de calle?
-Bueno, también es verdad que hoy en día ya hay más recursos. Se juega en campos de fútbol siete, de fútbol sala... Ahora todo es más fácil para los niños.
-Su presencia en la selección es la reivindicación del jugador número 12, pues no ha sido titular por norma, pero siempre ha aportado desde el banquillo.
-Sí, el estar es un premio al trabajo que hago en el Madrid. Yo estoy contento con mi papel en el equipo, he ayudado a sumar un título muy importante y espero que aquí pueda hacer lo mismo.
-¿Usted nota que cuando entra al campo siempre pasa algo?
-Siempre trato de hacer lo mismo. El míster me pide unas cosas e intento hacerlas. Cuando estás con confianza y te salen bien las cosas, sí te vuelves más peligroso. Me alegra serlo en el Madrid y quiero serlo en España. Pero también con los que están jugando de inicio pasan cosas, en el Madrid cualquiera puede generar peligro.
-¿Pero siente que es un revulsivo? ¿Siente que agita los partidos?
-Por así decirlo, sí lo puedo sentir. Porque yo soy vertical, cojo el balón, miro siempre hacia adelante y eso transmite la sensación de que hago más peligro. Esas son mis características.
-Como un correcaminos, pelota y arriba.
-Ja, ja, ja. A todos nos gusta atacar. Hay que mantener un equilibrio, pero sí que es mejor hacia adelante que no hacia atrás.
-¿Por qué se está perdiendo el fútbol de banda y de extremos?
-Es cierto que el fútbol ha evolucionado y se juega mucho por dentro, pero tener jugadores de todas las características ayuda muchísimo.
-A España le va de maravilla tener a hombres de banda con su manera de jugar porque al final parece que siempre quiere hacerlo todo por dentro.
-España tiene jugadores de toque, y también a otros muy buenos para hacerlo por fuera. Y eso es magnífico porque al rival le complica las cosas, sobre todo si va con un plan establecido. Lo importante es saber usar bien tus armas para ganar los partidos.
-Pensando en su temporada. Vuelve del Español, pasa a un club grande como el Madrid, tiene un papel destacado y encima gana la Champions marcando un penalti en la tanda. ¿Ha pensado en todo ello?
-Ha sido una temporada con altibajos en el Madrid. Al principio nos costó un poco más, pero en la segunda parte del curso hicimos un buen papel. Recortamos casi doce puntos al Barça, nos quedamos a uno. En la Copa pasó lo que pasó y en la Champions echamos el resto y logramos el objetivo. Ganar la Champions no es nada fácil y es para estar contentos. Un año muy movido y muy feliz.
-¿Le habla mucho Zidane?
-Sí, la verdad que sí. Es un entrenador muy cercano, siempre intenta ayudar al jugador y a exprimirle.
-¿Qué le ha calado de él?
-Seguramente lo que más destaco de él es la confianza que me ha demostrado siempre. Me pide que juegue como yo sé, que me deje llevar. Y eso me gusta, me da libertad.
-Dicen de usted que, aunque no lo parezca, es un líder y que incluso manda en el vestuario del Madrid.
-Ja, ja, ja. ¡Bueno, es un poco exagerado quien haya dicho eso! Yo lo que intento es ayudar a mis compañeros, trabajar, dar consejos cuando puedo. Así es más fácil.
-Lo que sí que tiene es fe. ¿Se aprende en el Madrid a competir así o venía de serie?
-En el Madrid te enseñan esos valores de nunca rendirse, de dar lo máximo y de ganar. Así es como llegan las cosas. Solo hay que ver este año. En el Camp Nou ganamos y nos lo empezamos a creer para sacar la mejor versión y hacer un final de curso muy bueno. Y ahí está el premio de la Champions.
-Usted ejemplifica esa idea de no arrojar la toalla.
-Nunca alguien se tiene que rendir, nunca. Y yo nunca me rindo, siempre lucho hasta el final.
-¿Hay decepción tras el tropiezo ante Georgia?
-Bueno, sirve para aprender. Lo entendemos como un mensaje y debemos aprender del error, nos puede servir.
-¿Cómo ve la Eurocopa después del chasco de Brasil?
-Hay que aprender de los errores del Mundial. España siempre tiene que hacer un buen papel y tenemos una gran selección, con grandes jugadores, y nos vamos a dejar la piel.
-Es como en el Madrid, que si no se gana la gente piensa que es un desastre...
-Bueno, desastre... Vivimos con esa presión. Vivimos con la presión de los campeones, yo también vivo con ello. En el momento en el que consigues títulos se te exige volver a ganarlos. En España pasa eso, hay que ganar porque se ha hecho antes y así te lo pide la gente. Vamos a intentarlo en Francia, desde luego.
-¿Le gusta la presión?
-Con la presión hay que saber vivir.
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